Cuando se trata de tener sexo casual, normalmente viene acompañado de la idea de cero compromiso y sin expectativas emocionales, pero la realidad es que el corazón no siempre sigue las reglas del juego. Puede que todo comience como un simple encuentro, sin más intención que pasar un buen rato, pero la química es impredecible y a veces el deseo puede llegar a ser algo más profundo.
Es por eso que es importante entender que por más que queramos, el sexo no es solo físico. Durante la intimidad, el cuerpo libera oxitocina, la famosa “hormona del apego”, que puede hacer que te sientas más conectada de lo que pensabas. Además, la dopamina refuerza la idea de querer repetir la experiencia con la misma persona. Haciendo que lo que empezó como algo sin compromiso pueda transformarse en una conexión que no esperabas.
Ahora bien, no solo se trata de la parte química. Si después del encuentro sigues pensando en esa persona, te interesa conocerla más allá de lo físico y disfrutas su compañía incluso fuera de la cama, es una señal de que podría haber algo más. La frecuencia con la que se ven, las conversaciones profundas o el simple hecho de que ambos estén en una etapa de su vida donde buscan algo más formal, pueden ser factores que transforman una relación casual en un romance con futuro.
Si te das cuenta de que estás desarrollando sentimientos, lo más importante es ser honesta contigo misma. ¿Es solo atracción o realmente te interesa esa persona? ¿Sientes que hay reciprocidad o es solo una ilusión que crece por el deseo? Si la otra persona está en la misma página, puede que sea el principio de algo inesperado y especial. Pero si no siente lo mismo, recuerda que tus emociones son válidas y que está bien soltar algo que no está alineado con lo que realmente deseas.