Sígueme en Instagram: @MsDafneRuiz Ok, ok. Claro que puedes tener sexo en el gimnasio como te lo imaginas; en alguno de los vestidores, en la cabina de bronceado o en algún rincón que seguramente más de una vez te hizo pensar: “Aquí sin bronca un quickie”, en fin, ideas no faltan. Cómo y dónde sea, lo que pasara sin duda se convertiría en el “hold my beer” después de que una de tus amigas contara lo que ella creía sería la historia más loca de la semana. Ojo, no es competencia, pero ya sabes, con una Chica Cosmo en reuniones o fiestas, la vara está bastante alta. https://giphy.com/gifs/beyonce-booty-partition-GSFPPwOoiaqhG https://giphy.com/gifs/beyonce-booty-partition-bC1CYvX8ylR60 Si esperas que mi columna de esta quincena cuente cómo me subí en uno de los aparatos para montar a un hombre con el fin de subir y bajar deli durante 15 repeticiones, sorry to disappoint. :P Mi experiencia no fue tan física sino más como una conexión y sincronización mental o hasta de moods. Al estilo de Dr. Strange (sorry, soy una fan from hell de Marvel), en otro plano mi cuerpo interactuó con el de aquel individuo -que hasta la fecha desconozco su nombre- a través de miradas, sonidos (más bien gemidos) y movimientos. https://giphy.com/gifs/CBSAllAccess-city-new-york-tell-me-a-story-1j9lPfuRnGULkgAhaS La peli Bring It On (Triunfos robados), es una de mis favoritas; no solo porque explica en cierta forma parte de lo que viví. Si no la has visto, seguro ubicas la escena del video de Thank U, Next de Ariana Grande como porrista, y si te gusta tanto como a mí, pues entonces sabes hacia dónde me dirijo: Cuando Courtney acusa a Torrance de estar teniendo ‘cheer sex’ (o sea, implica en plena porra sonreírle a alguien manteniendo contacto visual bárbaro -el típico que evidencia que te estás prendiendo y que quieres prender al sujeto en cuestión). Eso comenzó a pasar cuando me tocó hacer unos puentes (aquellos levantamientos sexosos con una barra de pesas) justo en frente de quien se volvería mi sex partner. https://giphy.com/gifs/arianagrande-ariana-grande-thank-u-next-you-9rnwZJ4YbaYYlM7aKr Vale la pena mencionar que mi entrenamiento de por sí es intenso y aunque a veces tanto mi adorada coach como yo suspiramos como un par de abuelitas al terminar de subir las escaleras, en aquella ocasión emití exhalaciones cachondas que, no voy a mentir, hice con toda la intención para que él me escuchara. Fue así como notó que me estaba esforzando en todos los sentidos y quiso unirse a la acción. Sin tocarnos o rozarnos, únicamente viéndonos usar nuestras extremidades, sudar, haciendo esa cara de “sufrimiento”, nos excitamos. No me quedó duda porque sus shorts no mentían. Uf, en ese instante me moría por decirle que no llevaba ropa interior. https://giphy.com/gifs/movie-kirsten-dunst-cheerleading-aJk2pDuxkwnTO Así como en cualquier ardiente sesión, los cambios de posición no se hicieron esperar. La temperatura se elevó hasta que… me parece que terminó su respectiva serie y debía gobernarse, bajar sus ganas de seguir dándole durísimo -por lo menos en otra estación-. Por mi parte, puedo decir que sudé más de lo acostumbrado. ;) ¿La lección que quiero compartir al final? La sexualidad no deja de sorprenderme. Me parece que las maneras de excitarse o de tener sexo (obvio consensuado) cada vez son más amplias o permitidas. No necesitamos quitarnos la ropa (aunque obvio ganas no me faltaron) para estar en el mismo canal, ritmo o intensidad. Quien crea que el cyber sex o el phone-cam sex no cuentan como sexo, sigue viviendo en la Edad Media (precisamente porque en ese tiempo no existían, duh). Tan estúpido como cuando te dicen “el sexo oral o anal no cuentan”. Jesus Christ! ¡Simplemente son otras formas de llevarlo a cabo! No necesito decir que el gimnasio es por excelencia el spot en el que encuentras varios prospectos para ir a la cama, solo jamás imaginé que mi primera vez con alguien del gym sería así. Han pasado días, pero cada vez que nos topamos, sonreímos discretamente y me pregunto: “¿Cuándo volveremos a tener train sex?”