Muchas veces se piensa que las relaciones entre mujeres significa sexo seguro. Sin embargo, las mujeres bisexuales y lesbianas continuan en riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
“Tenía una relación estable con Mariana, ella es bisexual. Éramos muy limpias en el uso de juguetes y yo pensaba que nos cuidábamos al ser exclusivas.
Un día hablando con mi ginecóloga le confesé que tenía una relación estable con una mujer y que había dejado de tomar la pastilla.
No la veía desde que había salido del clóset –hacía casi tres años–, así que la noticia fue todo un shock para ella. Me dedicó una sonrisa y me dijo que esa decisión no debí tomarla sin consultarlo con ella.
Me regañó por dejar de asistir con un profesional por tanto tiempo. Después me dijo que no debería de confiarme de mi pareja, que nos teníamos que cuidar entre las dos... pero usando uno o varios métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Nunca lo había pensado, hablando con otras amigas ‘les’ me dijeron que ellas tampoco usaban protección cuando tenían relación con su pareja o con cualquier otra mujer”.
— BRENDA, 26 AÑOS.
El sistema de salud y otros mitos
Para muchas mujeres adultas, la atención médica gira en torno a la necesidad de anticoncepción. El sistema médico en México y Latinoamérica está diseñado alrededor de esto y se supone que todas son heterosexuales.
“La primera vez que fui al médico me preguntó que si era sexualmente activa; al decirle que sí, de inmediato me dio condones masculinos y me pidió que me asegurara de que mi novio se los pusiera. ¿En qué momento asumió mi preferencia sexual?”, nos confiesa Laura.
Aunque el uso de preservativos masculinos en los juguetes sexuales con forma fálica sí son recomendados por los ginecólogos, lo que nos comenta Laura es cierto: el doctor debió preguntar su preferencia sexual para darle una mejor atención.
Los médicos de los servicios de salud brindan no solo servicios ginecológicos, sino también exámenes de detección de salud regulares.
Las mujeres que no necesitan anticonceptivos –por edad, orientación sexual u otros problemas de estilo de vida– tienen menos probabilidades de aprovechar las ventajas de la atención preventiva recomendada.
En algunos casos, esto puede ser potencialmente mortal. La falta de pruebas de Papanicolau regulares entre las lesbianas y las mujeres mayores se ha relacionado con su mayor riesgo de morir de cáncer cervical. Las ETS de las lesbianas pueden no ser diagnosticadas durante largos períodos de tiempo. Atención con esto.
Factores de riesgo
Las lesbianas pueden enfrentar otras barreras para lidiar con el sistema médico convencional, llegando a sentirse incómodas al revelar su sexualidad a los médicos.
No hablar sobre la salud sexual puede afectar otras áreas de la vida de la mujer. Puede ser difícil para cualquiera dialogar sobre estos temas con su médico. A menudo es más fácil cuando pueden responder preguntas directas, pero muchas veces estas no aplican a su preferencia.
“Mi primer consulta con mi ginecólogo después de aceptarme como lesbiana fue un desastre. Me preguntó cuántas relaciones había tenido ese año y si mi novio usaba condón. Le expliqué que era lesbiana. No podía creer la mirada que me dio, mi temor se había hecho realidad, me estaba juzgando por mi orientación sexual. Después de esa desafortunada cita encontré una ginecóloga bisexual, elegirla a ella para que cuidara de mi salud sexual, fue la mejor decisión de mi vida”, nos cuenta Marlene.
Las suposiciones heterosexistas pueden hacer que las mujeres de la comunidad LGBT+ entren en conflicto para hablar de su historial sexual con un médico, especialmente si habían mantenido relaciones con hombres anteriormente.
ETS contagiables entre mujeres
Por alguna razón se sigue pensando que dormir con un hombre es el único factor de riesgo para las enfermedades de transmisión sexual. También se pueden transmitir varias ETS de mujer a mujer.
De acuerdo con los últimos estudios de la Escuela de Salud Pública y Medicina Comunitaria de la Universidad de Washington, existe un mayor número de parejas femeninas asociadas a vaginosis bacteriana, herpes y Virus del papiloma humano (VPH). También revelaron que el sexo lésbico puede transmitir tricomoniasis y hepatitis si no se realiza con protección.
El riesgo que existe de adquirir enfermedades de transmisión sexual entre mujeres se agudiza por el hecho de que muchas lesbianas y bisexuales consideran que el sexo entre mujeres es una actividad de bajo riesgo y, por lo tanto dejan de practicar el sexo seguro.
No es imposible
¿Sexo seguro entre lesbianas? ¿Qué es ese oxímoron? Existen formas de mejorar la calidad de vida sexual de las mujeres de la comunidad LGBT+.
Lo primero que deberías de hacer, sin importar tu preferencia, es visitar a tu ginecólogo regularmente y que te realicen los exámenes básicos anuales, como el Papanicolau.
La mecánica de muchos actos de sexo seguro entre mujeres, es la misma que la de otros tipos de parejas e incluye uso de barreras, como:
- BARRERA DENTAL (también conocido como disque dental) para sexo oral y anal.
- ENVOLTURA DE SARAN O CONDONES ABIERTOS, para el contacto oral-vaginal y oral-anal.
- PONER CONDONES EN JUGUETES SEXUALES insertables y cambiar el condón por persona.
- USAR GUANTES DE LÁTEX (o dedales) para insertar los dedos en la vagina o el recto.
- LAVARSE BIEN LAS MANOS, incluso debajo de las uñas antes de tener relaciones sexuales.
- LIMPIEZA DE JUGUETES SEXUALES antes y después del uso.
Por: Michelle Mejía
Este artículo fue originalmente publicado en nuestra edición impresa:
https://www.instagram.com/p/Byqant0BzeY/