Los sex toys tienen historia

Los sex toys tienen historia

Sorpréndete con el origen de algunos complementos que pueden poner tu noche muy hot

Si formas parte del 50 por ciento de las mujeres que utiliza algún tipo de juguete sexual, según un estudio publicado por The Journal of Sexual Medicine, o del 60 por ciento que piensa que estos artefactos son excitantes, divertidos y necesarios, queremos contarte que tienen su historia.

Actualmente puedes adquirirlos en sex shops, pedirlos por teléfono o comprarlos vía internet, pero algunos de ellos surgieron con fines terapéuticos... ¡así sí vamos al doctor!

Los vibradores, por ejemplo, aparecieron a finales del siglo 19 en lo que se llamó “epidemia del útero ardiente”, que afectó a miles de mujeres occidentales.

Decenas de pacientes llegaban a los consultorios con frustración sexual, debido a factores como ansiedad e irritabilidad.

El tratamiento para curarlas consistía en estimular su clítoris con un aparato electromecánico, que ya después adquirió forma de pene, para producirles un “paroxismo histérico”, que nosotras conocemos como orgasmo. Te imaginarás que la terapia era exitosa y todas volvían por otra dosis.

Cuando comenzaron a comercializarse, los primeros dildos eran enormes y producían de mil a 7 mil pulsaciones por minuto, fue hasta el siglo 20 que su tamaño se redujo y su precio incrementó, debido a la demanda.

En el caso de los erizos, que son círculos de finas plumas para acariciar la vulva, aparecen en los manuscritos chinos del siglo 13, en los que también se da cuenta de anillos vaginales de cerámica o hechos con ¡párpados de cordero!

Parece que desde el siglo 15 el Oriente estaba a la vanguardia, porque los emperadores chinos proporcionaban unas bolitas que eran introducidas en las vaginas de sus amantes, a fin de excitarlas y lograr una buena lubricación para que el monarca pudiera ahorrarse los juegos previos y llegar directamente al coito. No sabemos a ustedes, pero este método no nos convence tanto... aunque habría que probar el masaje.

En medio del romanticismo del siglo 18, las francesas empleaban consoladores a los que podían colocarles la foto de su amado, ¡tan tiernas ellas!

Fue hasta los años 60 que los juguetes sexuales comenzaron su boom y en las grandes ciudades se abrieron las primeras tiendas especializadas.

Actualmente han dejado de ser un tabú para convertirse en un auxiliar para parejas que sufren algún transtorno sexual, pero también para aquéllas que gustan de experimentar nuevas sensaciones.

Su éxito es tal que en una década podrían superar la venta de smartphones, según el estudio británico “Mujeres, sexo y compras”.