En el vasto mundo de las relaciones, cada día se hace más amplio el abanico de posibilidades y preferencias. Pero, ¿habías escuchado del “pacto de fluidos”? A grandes rasgos, este concepto va más allá de etiquetas y se centra en la confianza, la salud sexual y la conexión íntima. Pero aquí te cuento de qué va.
Un pacto de fluidos es un acuerdo consensuado entre dos personas (o más, dependiendo de la dinámica) para compartir fluidos corporales, como saliva, semen o fluidos vaginales, sin usar condón exclusivamente con esa/esas personas. En caso de tener encuentros íntimos con personas fuera del pacto, parte del compromiso es usar preservativos. Ya que este compromiso implica priorizar la seguridad y salud sexual, eliminando la barrera física, pero tomando medidas responsables para evitar riesgos como infecciones de transmisión sexual (ITS) o embarazos no planeados.
Aunque ha ganado popularidad, no necesariamente es para todos. Este tipo de acuerdo funciona mejor en parejas que tienen un vínculo fuerte, comunicación abierta y un entendimiento mutuo sobre la importancia de la salud sexual. Es ideal para quienes buscan un nivel de intimidad más profundo y están dispuestos a tomar medidas preventivas constantes.
A grandes rasgos un pacto de fluidos es más que una decisión intrépida, es un reflejo de confianza, cuidado mutuo y responsabilidad. Si crees que este tipo de acuerdo es para ti, asegúrate de hablarlo abiertamente con tu pareja y comprometerse ambos a las medidas necesarias para disfrutar de una relación saludable y segura.