Ahora está, pero de pronto ya no, y seguro nunca vuelvas a saber de él. Esta práctica es una de las maneras más crueles de terminar una relación ¿Lo peor?, se extiende con rapidez…
“A ver, tienes un novio. Con sus altibajos, pero parece que la cosa va. De pronto y sin que haya un motivo, tu chico se esfuma. No responde tus mensajes, no toma tus llamadas. ¡No vuelve a aparecer!
Primero, mueres de preocupacio?n. Luego te rompes la cabeza pensando que? pudiste hacer para molestarlo. Al fin te das cuenta de que asi?, de modo siemple, e?l se ha retirado de la escena. Corte a: un trauma que te puede marcar de por vida?.
A Roci?o G. le paso? y por eso sabe de lo que habla. Pero ella no es la u?nica. Muchas chicas han experimentado algo similar; sus galanes desaparecen sin dar explicacio?n. Aunque tambie?n hay mujeres que se la aplican a sus novios, en la mayori?a de los casos son varones que en lugar de hablar las cosas de frente y cortar por lo sano, optan por esfumarse.
Claro que esto no es una novedad y siempre han existido patanes y patanas, pero en la actualidad esta conducta va ma?s alla? de casos aislados. De hecho, se esta? replicando al grado de convertirse en una tendencia. A este numerito se le llama ghosting y es reflejo de los cambios en la sociedad.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
El te?rmino comenzo? hace unos tres o cuatro an?os, pero fue en el 2015 que adquirio? popularidad a rai?z de que Charlize Theron terminara su relacio?n con Sean Penn de esa manera. Sin embargo, luego se aclaro? que no fue el caso, ya que la actriz tomo? la decisio?n de desaparecer como consecuencia de una infidelidad.
Y es que el rasgo caracteri?stico del ghosting, es que deja al abandonado con un gran signo de interrogacio?n. Aunque es evidente que ya habi?a problemas, la ruptura es repentina y no media explicacio?n alguna. De buenas a primeras uno de los dos se convierte en un ?fantasma? del que so?lo queda el recuerdo.
?Es horrible?, dice Hanna H. ?Te enfrenta a un silencio en el que no sabes que? es peor: si el dolor y la humillacio?n o las enloquecedoras vueltas que da tu cabeza buscando las respuestas que so?lo e?l podri?a darte, pero que no vas a obtener de su boca. Yo estuve muy mal. Me dormi?a llorando y despertaba de la misma manera. Me aisle? de mis amistades porque no podi?a dar las explicaciones que yo misma no teni?a. Mi autoestima se hizo an?icos. Pasaban los meses y me pareci?a que estaba destinada a vivir asi? por toda la eternidad. Es una sensacio?n que no se la deseo ni a mi peor enemigo?.
Ver también: Las 12 peores maneras de romper con alguien
MEJOR UN PLEITO
En efecto, una de sus consecuencias ma?s devastadoras es el limbo en el que la vi?ctima queda atrapada para siempre. Carlos Manuel Romo, psicoterapeuta y tanato?logo especializado en cierres, nos explica que todo fin de ciclo de pareja debe estar bien delimitado para ambos.
?Ya sea mediante una despedida en la que se reconozca que no es posible seguir, por muy doloroso que resulte. Un tra?mite con rma y acuerdos en el caso de los divorcios y separaciones de las parejas establecidas. O hasta un pleito e?pico en el que se pongan las cartas sobre la mesa?, dice el experto.
La mente necesita acciones y situaciones concretas para entender que es momento de pasar a otra etapa y asi?, poder comenzar a elaborar el duelo.
Las separaciones en suspenso alargan innecesariamente el sufrimiento, pueden desencadenar traumas y miedos, minan la autoestima, ocasionan sentimientos de culpa y marcan la manera de relacionarse en el futuro.
Retirarse de una relacio?n de modo unilateral, su?bita y sin explicaciones, es cruel e indigno. Provoca un dan?o profundo a una persona con la que se compartio? un vi?nculo amoroso. ?Adema?s, del karma nadie se escapa?, asegura Romo.
?Tarde o temprano, con el paso del tiempo y una eventual llegada de la madurez o toma de conciencia dada por los golpes de la vida, los remordimientos llegan a pasar factura?.
¡UPSSS!
Pese a todos los dan?os colaterales que provoca, esta pra?ctica parece crecer di?a tras di?a. El diccionario Collins lo ha agregado a su lista de neologismos, diversas encuestas marcan que la tendencia va al alza y ya hasta tiene su app.
Greg Cohn, CEO de la empresa creadora de Ghostbot, explica que la aplicacio?n envi?a respuestas fantasmas en automa?tico, a los mensajes que el usuario elige ignorar.
Llegado a este punto hay que preguntarse ¿que? hay detra?s de esta conducta? Desde la psicologi?a podri?a hablarse de personalidades narcisistas, poco empa?ticas, con una notable dificultad para vincularse y carentes de intere?s por sus parejas (por no hablar de un cierto grado de psicopati?a en el caso de que lo hagan con la intencio?n de hacerles dan?o).
En el otro lado del espectro, tambie?n se encuentran los incapaces de enfrentar la realidad, los que eluden los con ictos y quienes no asumen la responsabilidad de sus actos.
Pero la cosa se pone ma?s interesante porque en una jugada maestra, el dedo acusador ¡se vuelve hacia todos! Para Sherry Turkle, expositora de TED y autora de Reclaiming Conversation y Alone Together, el ghosting es el resultado de la desconexio?n que provoca relacionarnos por medio de pantallas.
En mayor o menor medida, todos hemos perdido el sentido de lo humano y olvidamos que, al otro lado, hay alguien con sentimientos. Ser conscientes de ello y actuar en congruencia es la mitad de la solucio?n para este problema.
Queda el otro 50%. ¿Que? hacer al momento de que ya nos la aplicaron? Para Reyna V., acudir a terapia es ineludible. ?Necesitas que alguien neutral te ayude a enfocar de manera objetiva el problema y apoye tu proceso de sanacio?n, con recursos profesionales. Llegue? a consulta con sentimientos de culpa, autodesprecio y una depresio?n horrible.
Sin embargo, entendi? que estaba tomando toda la responsabilidad, como una manera inconsciente de hacerme cargo, para poder lidiar con lo que me habi?a pasado. Fue algo muy loco, pero asi? funciona la mente?.
Al final, lo importante es que Reyna, del mismo modo que muchas otras vi?ctimas, han logrado superar al ghosting. Salir de ahi? ma?s fuertes y mejores personas es la manera correcta de darle la vuelta a una pra?ctica que, sin duda alguna, acecha por entre las sombras, como nuestra peor pesadilla.
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