Productos de casa que se pueden usar como lubricante y cuáles evitar

Cuando se trata de improvisar en las relaciones íntimas, es importante saber qué productos son buena idea y cuáles un no rotundo

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Estás en ese momento especial de intimidad con tu pareja, está a punto de aumentar la pasión en el acto y te das cuenta de que te quedaste sin lubricante en el momento menos esperado. Tranquila, hay opciones caseras que pueden sacarte del apuro, pero no todo lo que tienes en casa es seguro para tus zonas íntimas. Aquí te contamos que puedes usar sin riesgos y que debes evitar.

Lubricantes de rescate:

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  • Aceite de coco (orgánico y sin refinar):
    Es suave, hidratante y tiene propiedades antimicrobianas, pero ten cuidado: no lo uses con preservativos de látex, ya que puede romperlos.
  • Aceite de almendras (puro):
    Otra buena opción natural, ideal para masajes y momentos íntimos. Solo asegúrate de que sea 100% puro y sin fragancias añadidas.
  • Gel de aloe vera (puro):
    Perfecto si tienes piel sensible. Busca gel sin aditivos o usa directamente la planta. Es hidratante y no altera el pH vaginal.

Un NO rotundo:

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  • Aceites comestibles como mantequilla o aceite vegetal:
    Aunque estén en tu cocina, pueden alterar el pH vaginal y causar irritaciones o infecciones.
  • Vaselina o derivados del petróleo:
    La vaselina puede parecer práctica, pero aumenta el riesgo de infecciones y es difícil de limpiar.
  • Jabones líquidos o lociones corporales:
    Aunque huelan rico, contienen químicos y fragancias que irritan la piel.
  • Aceites esenciales:
    Por muy naturales que sean, pueden ser demasiado fuertes para las zonas íntimas y provocar quemaduras o irritaciones.
  • Miel o alimentos pegajosos:
    Aunque sea natural y parezca una idea sexy, puede alterar el pH vaginal y favorecer infecciones como la candidiasis.

Recuerda que las zonas íntimas son delicadas y tienen un equilibrio natural que nos protege de infecciones. Usar cualquier producto solo para salir del apuro puede causar irritación, infecciones bacterianas o por hongos, e incluso dañar el látex de los condones, aumentando riesgos no deseados.

Al final del día, la mejor opción siempre van a ser los lubricantes diseñados para uso íntimo, como los de base acuosa o de silicona. Si usas algo casero, prueba primero en una pequeña área de la piel para revisar si hay alguna reacción no deseada. Si sientes molestias, por más mínima que parezca es importante consultar a un médico de confianza. Con la información correcta puedes improvisar sin comprometer tu salud íntima. La prioridad siempre debe ser lo que te haga sentir cómoda y segura.