Nadie tiene ganas siempre. Pero si nunca las tienes, es hora de que hagas algo al respecto…
Tal vez hayas escuchado sobre el «Viagra rosa». Es lo que algunos llaman la droga para estimular el libido de las mujeres: Flibanserin. Aunque el apodo es el nombre equivocado (afecta los neurotransmisores, no el flujo de sangre, como lo hace el Viagra) que tiene hablando a todos sobre el placer sexual de las mujeres.
Y aunque no es nada divertido ventanearte durante el brunch del domingo de que nunca tienes ganas de hacerlo, es un problema muy real. Casi 11% de las mujeres de 18 a 44 sufre de un angustiante problema sexual.
«Nadie sabe qué es un deseo normal«, afirma el doctor en terapia
sexual, Nan Wise. «Es un conflicto si la mujer dice que lo es». Otros
expertos apoyan esta idea, aunque no coinciden en si los medicamentos son la respuesta.
1. TU PASTILLA
El deseo sexual es en parte controlado por las hormonas, como la testosterona. Y algunos métodos anticonceptivos reducen la producción de esta, dejando así tu deseo hasta el suelo.
En un estudio, cerca de 25% de las mujeres sintió que su libido bajó mientras tomaba la píldora, aunque Sandra Carson, médico vicepresidenta de educación en el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, dice que las jóvenes son menos propensas a ser afectadas por esta razón que mujeres perimenopáusicas.
Cambiar de método, quizá a un DIU o a una píldora con diferente fórmula, podría ser una solución rápida.
2. TU HUMOR
Estar deprimida y medicada para esta condición puede estar matando la pasión (ugh). «El sexo no se encuentra en la lista de prioridades de tu cuerpo cuando tienes que lidiar con alguna enfermedad, ya que tus niveles de energía disminuyen», afirma la doctora Emily Nagoski, autora de Come As You Are.
Esto podría explicar por qué los problemas con la tiroides, que controla tu metabolismo, también están conectados con los cambios en el deseo. No tienes que estar a punto de cortarte las venas para perder el interés; el culpable más grande es el estrés.
De hecho, un estudio muestra que la inestabilidad en una frecuencia cardiaca baja (vinculada a altos niveles de ansiedad) esta? asociada con la disfunción sexual. «El cortisol y la adrenalina que llegan con cambios en tu humor pisan el acelerador y el freno a cargo de tu deseo», dice Nagoski.
La receta: Ejercicio (le indica a tu cuerpo que por fin has escapado del estrés). Dormir bien también ayuda. Hazlo por una hora más y tendrás 14% más probabilidades de tener una noche hot.
3. TU MENTALIDAD
Algunas chicas tienen un libido que, comparado con el deseo de su pareja o sus propias expectativas, puede no ser suficiente. «Muchas mujeres disponen de una idea clara de cuánto sexo deberían tener (dos veces por semana es la respuesta más popular), y no cumplir con esa idea les causa ansiedad», explica Rachel Hills, autora de The Sex Myth.
La ansiedad es el antónimo de la excitación, así que ser tan crítica sobre el nivel de tu deseo, tu rendimiento o de tu cuerpo podría estar jugando en tu contra.
Aunque elevar tu autoestima no es fa?cil puede tener como efecto secundario aumentar tu apetito sexual. «La mejor manera de predecir un bienestar sexual bueno es uno general» confirma Nagoski.
4. TU SITUACIÓN SENTIMENTAL
Una de las ventajas de una relación es poder tener sexytime casi cuando sea, ¿o no? Pero es una trampa: una vez en ella puede que no lo quieras.
Cuando empiezan, «el cerebro libera químicos del placer y el deseo sexual se dispara», sostiene Wise. «Con el tiempo, experimentas algo parecido a falta de deseo, pero mira adónde empezaste». No significa que la relación sea mala… es solo ciencia.