A veces, después de tener sexo, en lugar de sentirte plena o relajada, una marea de emociones te sorprende y terminas llorando sin una razón clara. No es algo raro ni significa que algo esté mal contigo o con tu relación. De hecho, esta reacción tiene una explicación y es más común de lo que crees.
Este fenómeno se conoce como disforia poscoital y se refiere a esa sensación de tristeza, ansiedad o melancolía que aparece justo después del sexo, incluso si la experiencia fue placentera. Un estudio publicado en Sexual Medicine encontró que hasta el 46% de las mujeres lo han experimentado en algún momento de su vida.
Las razones pueden ser diversas, pero una de las más comunes es la descarga emocional intensa. El sexo no es solo una experiencia física, también involucra emociones profundas. La excitación, el placer y la conexión con tu pareja pueden ser tan intensos que, cuando todo termina, tu cuerpo simplemente necesita liberar la tensión de alguna forma, y el llanto es una manera natural de hacerlo.
También puede pasar que el sexo despierte recuerdos o emociones reprimidas. A veces, sin darnos cuenta, cargamos con inseguridades, miedos o heridas del pasado que salen a la superficie en los momentos de mayor vulnerabilidad. Un encuentro íntimo puede detonar esas emociones, aunque no siempre sepamos exactamente por qué.
El estrés y la ansiedad acumulados son otra posible causa. Si has estado lidiando con muchas preocupaciones, el sexo puede ser un momento de escape y desconexión. Sin embargo, cuando todo termina, las emociones que habías ignorado pueden regresar con más fuerza.
En algunos casos, llorar después del sexo también puede estar relacionado con sentimientos encontrados sobre la relación. Si tienes dudas sobre tu pareja, no te sientes completamente feliz o hay temas no resueltos entre ustedes, la intimidad puede intensificar esas emociones, haciendo que tu cuerpo reaccione de esta forma.
Al final del día, llorar después del sexo no es algo raro ni necesariamente negativo. A veces, es solo una forma en la que el cuerpo libera lo que llevamos dentro. Sin embargo, si sientes que hay algo más detrás de esas lágrimas, escúchate y date el espacio para entenderte mejor.