El placer, al igual que cualquier otra emoción intensa, se expresa de diferentes maneras. Para algunas personas, los gemidos son algo muy natural durante el sexo, mientras que para algunos hombres, pueden generar incomodidad o vergüenza.
Desde pequeños, muchos hombres crecen con la idea de que deben mostrarse fuertes y en control todo el tiempo, incluso en la intimidad. Por lo que la vulnerabilidad, en cualquiera de sus formas, se asocia con debilidad, incluso algo tan sencillo como expresar placer.
Si a esto le sumamos la falta de educación sexual enfocada en la comunicación emocional, es fácil entender por qué algunos hombres sienten que gemir podría ser too much o “innecesario”.
Desafortunadamente, otro factor que influye es la pornografía. En la mayoría de este contenido, los hombres suelen ser vistos como figuras silenciosas, mientras que las mujeres se encargan de los gemidos. Crecer viendo este contenido puede arraigar la creencia de que gemir es algo exclusivamente femenino o innecesario para disfrutar el sexo.
Pero la realidad es que gemir no solo es algo completamente natural, también puede mejorar la conexión en pareja. Expresar placer con sonidos, sin miedo ni pena, puede aumentar la excitación y reforzar el vínculo emocional.
