Después de que Tristan Thompson supuestamente le fue infiel a Khloé Kardashian con Jordyn Woods, la mejor amiga de Kylie Jenner, los fans (y todos nosotros) esperábamos para ver si KoKo rompería con Tristan para siempre.
Según fuentes, aparentemente lo hizo, pero el incidente evocó sentimientos encontrados entre personas que se encontraban en situaciones similares. Muchos comenzaron a preguntarse lo siguiente:
Hay razones para romper con la relación (pérdida de confianza y violación de límites), pero también hay razones para continuar con ella (trabajar la razón por la cual alguien fue infiel, por ejemplo). Aquí dos mujeres cuyas parejas les fueron infieles con sus amigas nos comentan sus decisiones tras el incidente y sus resultados.
“No perdoné a ninguno de ellos”
Anne, 25 años, de Westchester, Nueva York
La situación: descubrió que su novio estaba poniéndole el cuerno con su mentora y rompió con él inmediatamente y luego se deshizo de su “amiga”.
En la universidad, fui miembro del club de moda. Uno de nuestros eventos fue organizar un desfile en el que fuimos elegidas como modelos. Tenía una mentora en ese grupo, se llamaba Rachel, que era más grande que yo y de la sonoridad a la que yo quería unirme. También vivíamos en el mismo edificio, así que básicamente salíamos juntas todos los días, comíamos juntas y trabajábamos juntas en el desfile de modas.
Al mismo tiempo, estaba en una relación con Andrew. Él y yo habíamos estado juntos durante dos años y medio. Cuando empezamos a vernos, la gente me dijo que era un mujeriego. Pero decidí ignorarlo. Pensé que había cambiado.
Un año después de que mi amistad con Rachel comenzó, Andrew se fue a Florida a pasar un fin de semana en la playa con sus primos. Se fue temprano en la mañana al aeropuerto, y cuando me desperté en su departamento, me di cuenta de que mi teléfono había muerta. Busqué en sus cajones un cargador y encontré su viejo iPhone.
Estaba apagado, pero yo ya había empezado a tener sospechas de que él me engañaba. En algunas ocasiones, aparecían mensajes en su teléfono de otras chicas que le preguntaban si iba a salir y cosas así. Así que lo cargué para poder ver sus mensajes. Me temblaban las manos porque sabía que si veía algo confirmando mis sospechas, nuestra relación se terminaría.
Mientras lo chocaba, me di cuenta de que no tenía contactos “femeninos” en su teléfono. Cero. Ni su hermana, ni su prima, ni sus amigas. Me hizo sentir como que algo peor estaba pasando.
Pero… había mensajes con sus amigos de la fraternidad. Y por supuesto, ¿a quién le cuentas tus secretos? A tus amigos. Así que miré en el chat grupal y descubrí que llevaba acostándose con Rachel año y medio. Me volví loca. Sentí que me había golpeado un camión.
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Mientras yo iba a sus eventos, y quería que fuera casi mi hermana, estaba con ella casi todos los días, ella estaba con mi novio. Los mensajes confirmaron los días y las fechas en las que se acostaban, además de los nombres de otras chicas con las que también se estaba acostando.
Lo dejé disfrutar un día de su viaje. Después le llamé por teléfono y le pregunté si alguna vez me había sido infiel. Obviamente me dijo que no. Así que empecé a decirle los nombres de las niñas y solo insistía que la gente había comenzado rumores porque querían que él y yo terminaremos.
Le dije que cuando regresara le diría quién me contó. Me esperé 15 minutos antes de que su avión aterrizara. Después le mandé un mensaje y le puse:
“Tú me dijiste porque dejaste tu teléfono con mensajes y leí todo lo que hiciste mientras estábamos juntos. Ten una bonita vida, IDIOTA”.
Después de dos semanas, vino a visitarme a mi casa a pedir disculpas y a decirme que quería estar conmigo. Me dijo que me daría las contraseñas de su celular, Facebook, Instagram… y que las otras mujeres no significaban nada.
Pero había sido demasiado… casi ridículo la verdad. Estaba muy triste pero mi lógica era que si lo perdonaba simplemente lo volvería a hacer. Nunca confronté ni le dije nada a Rachel, porque mi mamá me dijo que atacara al hombre, no a la mujer. Aunque les puedo decir que ya no somos amigas.
Alexandra, 23 años, de Berkeley, California
La situación: Ella cachó a su novio a su mejor amiga acostándose… decidió perdonar a su novio y habría hecho lo mismo con su amiga, si ella hubiera ofrecido disculpas.
Mi novio Sam y yo habíamos estado juntos por casi dos años, cuando descubrí que él me había sido infiel. Con mi amiga.
Déjame regresar un poco: tres meses después de que empecé a salir con Sam, conocí a Sarah en un café cerca del campus de la universidad. Cuando nos dimos cuenta de que estábamos en la misma carrera nos hicimos compañeras de estudio y la incorporé a mi grupo de amigos. Rápidamente nos convertimos en mejores amigas y salíamos todo el tiempo. Incluso vivimos juntas un verano. Estuve ahí para ella todo el tiempo y me quedé con ella en el hospital cuando tuvo un problema de salud.
Un año después, decidí pasar un semestre en Texas por una pasantía. Sam y yo nos enfocamos en hacer que nuestra relación funcionara a larga distancia e hicimos un esfuerzo para intentar vernos lo más posible. Pero mientras estaba fuera, mi amiga Tori me llamó y me dijo que se había encontrado a Sam y a Sarah teniendo sexo en el sofá (su novio vivía con Sam). Estaba tan sorprendida que corrió a la habitación de su novio para intentar averiguar qué hacer. ¿Debía ella enfrentarse a ellos? ¿Llamarme enseguida? ¿Fingir que no vio nada?
Eso sucedió un viernes y Tori decidió esperar y ver si Sam o Sarah le confesarían algo por su cuenta. Cuando quedó claro que no lo harían, me llamó para contarme. Eso fue aproximadamente dos semanas después del incidente.
Entonces yo enfrenté a Sam y él me contó todo.
Decir que yo estaba enojada sería mentir. Me sentí traicionada porque no solo mi novio había sido infiel, lo había hecho con alguien que yo consideraba una amiga. Traté de explicar cómo me habían herido y humillado. Quería que él supiera que era una traición muy personal.
Llamé a Sarah por teléfono y no le di la oportunidad de decir nada. Inmediatamente le dije que sabía lo que había sucedido y que estaba muy enojada de que no había tenido el valor de decírmelo ella misma. Estoy segura de que dije groserías en algún punto. Lo primero que me respondió no fue una disculpa, sino una justificación: me contó como había estado ebria y que siempre había pensando que Sam era atractivo. Luego admitió que había estado mal, pero que tenía miedo de decirme porque no quería perder nuestra amistad.
Le dije que si hubiera acudido a mí y hubiera admitido el error, habría sido mucho más indulgente.
Sam me suplicó que lo perdonara, literalmente de rodillas. Dijo que había sido infiel por culpa del alcohol y por la presión de estar en una relación a distancia. Dijo que estaba solo y que me extrañaba y había hecho algo tonto. Todavía estaba enamorada de él, así que decidí darle otra oportunidad,
Era difícil confiar en él. Constantemente revisaba su ubicación en la aplicación Find My Friends y si salía, siempre quería saber a dónde iba con quién y a qué hora regresaría a casa. Sentí que me estaba volviendo loca. Pero después de unos cuatro meses, llegamos a un lugar mejor. Él redujo su consumo de alcohol y comenzó a hacer cosas realmente agradables, como organizar picnics, cenas y pasaba mucho tiempo con mi familia.
Un año después del incidente, Sam y yo terminamos definitivamente. Hemos hablado poco desde entonces, pero nada serio. No me arrepiento de haber intentado de nuevo. Quería darle a la relación la mejor oportunidad y no quedó en mi.
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Este artículo fue originalmente publicado en Cosmopolitan US
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