Orgasmo femenino

Orgasmo femenino

Nada ilustra mejor la diferencia entre los hombres y las mujeres que los sonidos de placer que ellas hacen en la cama.

A pesar de todos nuestros defectos, las mujeres tienen que admitir que los hombres al menos somos consistentes. Tomemos el sexo como ejemplo. Aunque tratamos de no serlo, probablemente pecamos de egoístas, y por lo regular la mayoría de nosotros no podemos mantenernos despiertos después de “acabar”. Sí, hemos aprendido a disfrutar del acurrucamiento postcoito y de los susurros cariñosos, pero también aquí estamos luchando contra la biología, y los ojos inevitablemente se nos cierran sucumbiendo a la ley de la gravedad.

Lo mismo ocurre con los ruidos que hacemos durante el sexo. Si grabáramos a todos los hombres del planeta, en la cinta escucharías los mismos sonidos básicos de placer en cada continente. Ignorando los idiomas y acentos, es la misma banda sonora. Oirás muchos gruñidos y sonidos guturales, algunos “Hummms”, una cantidad respetable de “Oh, baby” y el inevitable "¡Sí,sí, SI, SI!” hasta el final del show.

Pero no es así con las mujeres. No he encontrado ninguna investigación científica que lo confirme, pero según mi experiencia personal, lo que dicen mis amigos y otras historias masculinas, puedo afirmarlo con plena seguridad.

Ruidosa y orgullosa

Las mujeres emiten gran variedad de sonidos durante el sexo. Es asombrosa la capacidad de sus cuerdas vocales. He oído un tipo de “canto de ballena” (una combinación de murmullos en la garganta y chillidos), el “alarido” (una escalonada serie de gruñidos que conducen a un grito final de euforia) y el “monólogo religioso” ("¡Ay, Dios mío!, ¡Ay, Dios mío!, ¡Ay, Dios mío!”) Desde luego, no puedes predecir los sonidos que emitirá la mujer con quien estás compartiendo un trago hasta que se convierta en tu amante. Ser testigo de esa transformación, de chica normal a oradora XXX, es tan satisfactorio como asombroso. Y no son sólo los sonidos que ella hace. En esas ocasiones en que podemos oír el maratón de colchón que están teniendo los vecinos, casi siempre los ruidos que pueden escucharse a través de la pared son los de la mujer.

El factor teatro

Para rematar, ustedes las mujeres también fingen. Es asombroso. No sabemos cuándo el placer es real o fingido. De hecho, sólo nos enteramos porque decidiste confesárselo a la prensa. Nos preocupa la frecuencia con que ocurre y siempre tenemos la duda: ¿cómo saber cuándo la estás pasando bien y cuándo estás haciendo “teatro”?

Simon Townsend tampoco nos ha ayudado. El es un sicólogo evolutivo de la Universidad de St.Andrews, en Escocia, que ha reportado que en los chimpancés, la hembra hace más ruido cuando tiene sexo con un macho de estatus inferior, únicamente para que el macho alfa se entere. Y cuando está copulando con el macho alfa, entonces permanece callada para que otras hembras más agresivas no la descubran.

Claro que hubiéramos preferido no saber que fingen, pero al final debo admitir que es una buena estrategia; un modo inteligente de evitar lastimarnos el ego, y eso está bien para mí.

Distintas razones

Mientras que las mujeres fingen un orgasmo para no herir a su pareja, los hombres lo hacen por dos razones básicas: están muy borrachos para funcionar o tuvieron un orgasmo en la hora anterior.

Fuente: Journal of Sex Research