Todos los días cientos de pensamientos negativos pasan por tu mente y es momento de dejarlos ir. Enfrenta como toda una chica Cosmo la realidad de tu ser y deja de pensar que no eres digna de todo lo que la vida te puede ofrecer. ¡Confía en ti! De niña mis padres me dijeron que lo que importaba era estudiar, salir adelante con inteligencia y aprender. Sus consejos me llevaron a preocuparme por lo académico y a dejar fuera lo demás. Con la edad, las voces que te dicen que eres el sapo del cuento comenzaron a llegar: cosas como “nunca te va a hacer caso” o “estás muy gorda”, no han parado, y aunque a todas nos pasa, cuando decides no escuchar ves las cosas desde otra perspectiva, no para descubrir que eres una princesa, sino que eres tú. Para bien (nunca para mal), eres tu propia compañera, la persona con la que vivirás por siempre, de la que no debes aburrirte y a la que nunca le debes decir cosas como esas.
¿ENAMORARTE DE TI?
Aunque no siempre nos vaya bien en el amor, todas nos hemos enamorado y vemos a esa persona como la más bella, talentosa, maravillosa y perfecta en la tierra, entregándole lo bueno que hay en nosotros: la llenamos de regalos, palabras bonitas y atenciones, pero ¿no podemos sentir eso por nosotras mismas? Mientras lees este texto, estás diciendo “claro que sí”, y por ello te voy a contar lo que he leído y aprendido, para que ese “sí” sea una realidad y no solo un sueño.
NO AL FRACASO
A los 17 años entré a la universidad, a Psicología en una escuela especializada en clínica. Aunque no me iba mal, lo odiaba, sentía que no era buena para nada y no podía ni dormir pensando en cómo le diría a mis padres que ya no quería seguir. El destino me ayudó, y al tener un papá militar nos cambiaron de ciudad a una en donde pude estudiar Periodismo, justo lo que quería. Cometí un error y recuperarme de él fue lo mejor que pude hacer: seguir adelante y no preocuparme por esas voces que te tachan de “fracasada”. En su libro Sé que puedo más, Alejandra Stamateas presenta un panorama alentador para quienes luchamos contra los mensajes incorrectos de nuestra mente. “No eres un error, solo has cometido un error. Si te sientes frustrada en algún área, no eres un fracaso en todos los campos de tu vida”. Intentar ser alguien que no eres es un pan agrio que te comes cada día y que no te deja tener una conexión real contigo misma y te niega la felicidad: “El problema de los ‘debería’ que no sirven se presenta cuando queremos agradar a los demás o mantener una imagen. Piensas que, para gustarle a tal persona, tienes que ser de una determinada forma”. Los pensamientos negativos con respecto a un error, vienen con mayor fuerza cuando están relacionados al amor. Pensar que una pareja se fue o estás soltera porque no eres suficiente, son cosas que ya no deberíamos pensar, porque el poder de la mujer ha subido tanto que no nos conformamos, no somos las mujeres sumisas que decían “sí” a todos los caprichos de los hombres, razón por la que ellos podrían estar alejándose de ti. ¿O crees que Scarlett Johansson no es suficiente? Yo pienso que sí, y a pesar de eso ya se divorció una vez, luego de que la engañaron ¡con Blake Lively! Y entonces, ¿ahí qué pasó? Es bella, talentosa y trabajadora, entre otros de sus atributos. La respuesta es: la vida es así. Ella no tiene la culpa, como tú tampoco la tienes. Las cosas pasan y ya, no pienses más en tus errores.
CONFÍA EN TI
Una vez que decidiste que no escucharás más esas voces, lo siguiente es tener confianza. A los 14 años me llegó la primera cubeta fría de “fal- ta de confianza” . Mi crush se llamaba Carlos Porcayo y tenía 17, sabía que jamás se iba a fijar en mí pues estaba gordita y tenía lentes, braquets y todo lo demás. Dos días antes de la graduación le confesé lo que sentía (ya no lo iba a volver a ver), me abrazó y me dijo “ojalá me lo hubieras di- cho antes, me habría encantado salir contigo”. Ahí me convencí de que siempre hay que tener confianza. “Cuando una persona puede confiar en sí misma se atreve a asumir riesgos y tiene iniciativa. Hay muchas mujeres que están abatidas, que no pueden defender lo que es suyo porque les falta autoconfianza. Esta falta de seguridad en sus capacidades por lo general se debe a experiencias negativas que vivieron a lo largo de su vida”, revela Stamateas.
NO ERES TUS PENSAMIENTOS
Hace tiempo me enamoré de un chico que pasaba duros momentos: su mamá estaba muy enferma, no trabajaba por atenderla y tenía una actitud negativa con respecto a su vida. A pesar de que una persona sensata esperaría que pasaran estos problemas antes de involucrarse con él, mis pensamientos decían: “pobre, necesita a alguien que lo cuide”. Un error muy común que le ha pasado a miles de mujeres y que nos priva de la felicidad junto a personas que quieran compartir nuestras vidas, o incluso, quedarnos en situaciones que pueden resultar muy dañinas. El ex directivo de Google, Mo Gawdat, trata en su libro El algoritmo de la felicidad estos pensamientos y asegura que cuando algo es importante, tu cerebro (el amo de la vocecita) te pone cosas que no son ciertas: “Cuanto más importante es algo, en mayor grado el pensamiento incesante está excluido de ello... ¿por qué dejamos entonces que nuestros pensamientos nos lastren y nos priven de ella?”. Plantea que “no somos lo que pensamos”, ni tampoco las cosas que te pasan son como las estás pensando. Muchas chicas llegan a creer que no son valiosas, que me- recen los malos tratos y a la pareja que tienen solo porque sus mentes les dicen “nadie me va a querer, mejor me quedo aquí aunque sufra”, algo que no es cierto, porque aunque creas que el mundo entero no te quiera, tú sí eres capaz de quererte. “Cuando crees que eres tus pensamientos, te identificas con ellos. En otras palabras, si tienes un pensamiento malévolo, pensarás que eres este tipo de persona... Pero los pensamientos malévolos no equivalen a que alguien sea así. Los pensamientos se presentan ante ti para tu consideración; eso es lo que hace el cerebro. Lo que hagas con ellos depende de ti. No tienes que obedecer”, nos comparte sabiamente Gawdat.
EN LA ZONA
Al darte cuenta del poder que tienen los pensamientos sobre ti, entiendes que puedes seguir adelante a pesar de las cosas que tu cerebro te diga. En la Alemania de 1989 la gente creía que jamás dejarían de estar divididos, pero algunas se activaron, y se colocaron “en la zona”, donde descubrieron que, a pesar de sus miedos, debían derribar un muro que muchos habían conocido toda la vida. ¿Cómo puedes ponerte en ese lugar y derribar los muros? El escritor Gary John Bishop nos orienta: “No tienes que sentir que hoy será tu día; solo tienes que actuar como si lo fuera. Siempre ayuda tener el ánimo o el pensamiento necesario para lograrlo, pero si esperas a que mejore tu ánimo, tal vez nunca empieces”. Así como ya superaste a tu amor platónico de la secundaria, o ya no piensas en ese trabajo horrible que tenías, meditar sobre las cosas que importan y no sobre los pensamientos que te llegan, te hará salir adelante de cualquier temible oscuridad. “Cambias tu vida haciendo, no pensando en lo que harás”, nos motiva el autor, y plantea que debemos aceptar que la vocecita no tiene la verdad absoluta de lo que somos. “Los pensamientos sin acciones son solo eso. Tus pensamientos negativos sobre ti mismo, acerca de los demás, o de las circunstancias empezarán a dejar de tener poder sobre tu éxito siempre y cuando los dejes en el lugar donde están”. Disfruta de quién eres, escucha solo las cosas que sabes que son o pueden ser ciertas. ¿Te imaginas que te encontrara en la calle y te dijera “eres una floja”? ¿Qué contestarías a lo dicho por alguien que no te conoce y no tiene ni la más mínima idea de quién eres? De igual forma puedes dejar de atender a esas pa- labras que dicta tu voz interna –y que es la suma de mucha gente que ha pasado por tu vida y no saben de lo que eres capaz de hacer– y trabajar para convertirte so- lamente en lo que tú quieras ser. No lo olvides, chica Cosmo: eres tú, una brillante mujer, no eres un sapo, ni tampoco una princesa débil que no sabe hacer nada, eres una inspiración y pronto serás la mejor versión de ti misma. ¡No te des por vencida jamás!
¿Cómo no escuchar la voz negativa que me persigue?
Es difícil entender de un momento a otro que lo único que debemos hacer para silenciar a esa voz interna es apagarla, por ello te dejamos algunos pasos que nos han regalado expertos para dejar de escuchar eso que nos hace tanto mal. 1. Podemos estar tan acostumbrados a pensar lo negativo que lo positivo no llega porque no sabemos reconocerlo. La psicóloga Andrea Ortega nos invita a hacer una actividad: “Primero toma un cuaderno y escribe 100 frases positivas, pueden ser momentos como ‘leer un libro a la semana’ y lleva ese cuaderno a todas partes. Cuando un pensamiento malo llegue, ábrelo y repasa lo que pusiste, puede que la idea de ‘nada bueno me pasa’ sea fuerte, pero te apuesto que ‘me voy de viaje con un amigo’ lo será aún más”. 2. Debes ser realista, hay pensamientos negativos que te llegan por sentimental y no porque sean una realidad. Ante esto, Tim Herrera, del New York Times, escribe: “En vez de intentar enterrarlos, debemos apropiarnos de ellos y hacernos preguntas como: ‘¿hay evidencia detrás de este pensamiento?’ o ‘¿estoy basando esto en hechos o en sentimientos?’. Un poco de introspección puede ayudarnos a superar los pensamientos que nos evaden nuestra mente de otra manera”. 3. Algo que te puede ayudar en el aspecto emocional y en el físico es el ejercicio. “Los grandes pensamientos le hablan solo a la gente reflexiva, pero las grandes acciones le hablan a toda la humanidad”. Theodore Roosevelt. 4. Cuando estás a dieta y tienes hambre, prepárate una taza de jícama, que aunque no es más rica (tal vez) es mucho más saludable. Por ello Mo Gawdat revela: “En cuanto surja un pensamiento doloroso, pon a tu cerebro a pensar en otra cosa (...) En lugar de pensar en que se terminó una relación, piensa en el tipo de relación que quieres empezar”. 5. Toma esa sentencia negativa y haz exactamente lo contrario. Cuando tu cerebro te diga: “Nunca vas a conseguir esto”, ve y hazlo. Gary John Bishop te aconseja: “A veces solo tienes que darle, decir lo que vas a hacer y echarle ganas”, y en su libro recuerda la gran frase de Vince Lombardi: “Lograríamos más cosas si no pensáramos en ellas como algo imposible”. Por: Berenice Villatoro
Este artículo fue originalmente publicado en nuestra edición:
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