Cuando pensamos en enfermedades de transmisión sexual, normalmente las asociamos directamente con el sexo, ya sea vaginal, anal u oral. Pero la realidad es que no siempre necesitas tener sexo en el sentido tradicional para contagiarte. Hay formas menos evidentes en las que algunas ETS pueden transmitirse, y es importante conocerlas para protegerte.
Por ejemplo, infecciones como el herpes genital o el VPH pueden transmitirse simplemente por el contacto piel con piel, sin necesidad de penetración. Incluso compartir juguetes sexuales sin limpiarlos correctamente o sin usar protección puede convertirse en un riesgo. Aunque menos común, también existe la posibilidad de transmisión a través de sangre contaminada, como ocurre con el VIH o la hepatitis B. Y en el caso de las mujeres embarazadas, ciertas infecciones, como la sífilis o el VIH, pueden pasar al bebé durante el parto.
Pero ¿qué pasa con algo tan simple como un beso? Si la otra persona tiene herpes labial activo, el virus puede transmitirse fácilmente. Y en el caso del sexo oral, también hay riesgo de contraer ETS como gonorrea, sífilis o incluso VIH, aunque la probabilidad sea menor. Además, muchas ETS pueden estar presentes sin síntomas evidentes, lo que hace aún más importante la prevención.
Ahora bien, si se trata de cómo protegerse y prevenir cualquier contagio, es importante siempre usar condones o una barrera bucal, incluso para el sexo oral. También recuerda mantener una buena higiene, como limpiar adecuadamente los juguetes sexuales. Recuerda vacunarte contra el VPH y la hepatitis B, los chequeos regulares te ayudarán a detectar cualquier problema a tiempo, incluso si no tienes una vida sexual activa.
En resumen, sí, puedes contraer una ETS sin tener relaciones sexuales tradicionales, pero con información, prevención y cuidados básicos, puedes reducir los riesgos. Explorar tu sexualidad y disfrutar de tu vida personal no tiene que ser motivo de preocupación si tomas las precauciones adecuadas.
