Seguramente has escuchado alguna vez que la vagina tiene olor a pescado. Es un comentario que puede ser incómodo y hasta ofensivo, pero también es algo que genera dudas genuinas. Aquí te explicamos de dónde surge esta idea y cómo cuidar tu zona íntima.
La creencia de que los genitales femeninos huelen a pescado se basa en un error. En condiciones normales, la vulva y la vagina tienen un olor natural que varía según la dieta, el ciclo menstrual y otros factores. Sin embargo, un olor fuerte o desagradable podría indicar un problema de salud, como una infección.
El olor de la vagina es único en cada persona y depende del pH vaginal, la flora vaginal y las secreciones normales. En un estado saludable, el olor suele ser suave y ligeramente ácido, similar al yogur. Si percibes un olor muy fuerte o desagradable, especialmente “a pescado”, podría ser señal de:
Vaginosis bacteriana (VB):
Una infección común causada por un desequilibrio en las bacterias vaginales. Suele ir acompañada de flujo grisáceo y mal olor. Es tratable, pero necesitas consultar a un médico.
Tricomoniasis:
Una infección de transmisión sexual que puede provocar mal olor y flujo espumoso.
Uso de productos irritantes:
Las duchas vaginales, jabones perfumados o desodorantes íntimos alteran el pH natural y pueden causar problemas.
En resumen, el mito de que los genitales femeninos “huelen a pescado” no aplica a la mayoría de las mujeres. Sin embargo, un olor inusual puede ser señal de algo más, como vaginosis bacteriana o una ITS. Lo importante es cuidar tu cuerpo, escuchar sus señales y acudir al médico si algo no parece normal.