¿Quién hubiera adivinado que de todos los fetiches del mundo, el mejor sexo de mi vida ocurriría mientras jugaba a ser un maldito payaso?
No estoy segura de dónde salió exactamente mi enamoramiento por los payasos, pero siempre ha sido lo mío. Como exmaquilladora profesional de SFX, pasaba horas creando looks, un pez espeluznante, o un demonio, para compartir en mi cuenta de Instagram. Un día, simplemente descubrí que me sentía más sexy cuando me transformé en un IRL Pennywise, el payaso. Te puede interesar: Qué hacer si se te sale una «flatulencia» vaginal en plena relación sexual Era Halloween, mi pareja y yo hicimos planes para disfrazarnos de payasos inspirados en Suicide Squad. Nos maquillé, obviamente, usando solo negro y rojo por toda nuestra cara y salpicando sangre falsa siempre que pude. Pasamos dos horas completas perfeccionando nuestros looks. Él se veía extremadamente creepy. Al final de la noche, fuimos directamente a casa, al cuarto, totalmente agotados por la semana. Pero cuando prendimos Netflix para relajarnos, todavía completamente en nuestra ropa y maquillaje, me encontré increíblemente excitada. Busqué por encima de mi hombro y no vi a mi novio. Era alguien... sacado de una película de terror. ¡Y me gustó! Pensé: “¿Por qué me gusta esto? Estamos literalmente disfrazados de payasos ahora mismo”. Pero algo me pasó justo por eso.
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Miré fijamente sus ojos pintados de granate y negro medianoche mientras empezaba a subir mi falda rota. Su sonrisa delineada por el lipstick rojo se amplió hasta los extremos de su cara, pero pude ver en la oscuridad que su boca real también sonreía; y de una una manera sexy y fija. Su torso estaba lleno de sangre falsa y tatuajes pintados; en cuestión de minutos, mis manos estaban frotando la parte delantera de su cuerpo. Mientras me desnudaba con los ojos, noté que estaba tan excitado como yo. “Gracias a Dios, no soy la única”, pensé.
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Mi novio y yo jugamos a que éramos payasos y —les juro— fue un sexo *muy* hot
Entonces metió dos dedos dentro de mí, le arranqué la camisa con botones y la tiré al otro lado del cuarto, sin romper nunca el contacto visual. Me dio la vuelta con un movimiento rápido y me tocó con los dedos aún más dentro. Cuando nos separamos, su boca se había transformado en una mancha de colores, eso me hizo desearlo más. Se veía absolutamente demoníaco. Con otro movimiento brusco, me puso de espaldas y entró en mí. Me acercó a él una y otra vez, luego me movió al perrito, donde me azotó y continuó llenando de sangre falsa todo mi cuerpo desnudo. Me vine en minutos y él no se quedó atrás. De alguna manera, todavía quería más. Tomé su mano y le dije que se vistiera otra vez y me siguiera hasta la cancha de tenis en el centro de mi comunidad cerrada. Era un área aislada, pero también muy pública; quería ir con mi novio payaso allí. Nos aseguramos de que ningún vecino entrometido pudiera oírnos y luego nos colamos. Lo empujé al suelo, le bajé los pantalones e inmediatamente empecé a hacerle un blow job. Moví mi lengua en círculos alrededor de su pene, haciéndolo morderse el labio tan fuerte que pude ver una gota de sangre. Probaba nuestra pintura corporal mientras subía y bajaba por su pene. En cuestión de minutos, lo sentí desatar su carga en mi boca; y nunca me he sentido más victoriosa en mi vida.
Nos acostamos en el suelo frío y húmedo de la cancha, mirando las estrellas. Acababa de tener sexo con un payaso y quería hacerlo una y otra vez. Lamentablemente, ya cortamos, pero lo he hecho con varias parejas. Todos han estado tan metidos en el rol como yo. Claramente, nunca sabrás lo que te va a excitar a menos que lo pruebes tú mism@. Porque... ¿Quién hubiera adivinado que de todos los fetiches del mundo, el mejor sexo de mi vida ocurriría mientras jugaba a ser un maldito payaso? Sigue leyendo: Cómo preguntarle “¿qué somos?” a tu casi algo sin que se vuelva un desastre. Aprende a elegir tu primer sex toy siguiendo estos tips. Esta es LA rutina pre-sexo y masturbación que te hará sentir como una diosa del clímax.