Los puntos erógenos que probablemente no conocías

Dale un boost a tu vida sexual conociendo los puntos erógenos menos aprovechados

Los puntos erógenos que probablemente no conocías

Los puntos erógenos que probablemente no conocías

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Cuando hablamos de puntos erógenos, solemos pensar en las zonas “clásicas” como los labios, el cuello o los genitales. Pero el cuerpo tiene un montón de áreas menos obvias que pueden ser increíblemente placenteras. Explorar estas zonas no solo puede mejorar la conexión con tu pareja, sino también ayudarte a conocerte mejor. Aquí tienes un mapa para descubrir nuevas formas de disfrutar.

El cuero cabelludo
Un masaje en el cuero cabelludo puede ser más que relajante, estimula receptores que activan el placer. Intenta movimientos circulares lentos mientras deslizas tus dedos entre el cabello.

La parte interna de las muñecas

La parte interna de las muñecas

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Esta zona tiene piel fina y muchas terminaciones nerviosas. Un beso o una caricia ligera aquí puede provocar esas mariposas que te hacen sonreír.

La parte trasera de las rodillas
Aunque seguro no pensabas en esta área, es una poco explorada y súper sensible. Un beso suave o un ligero toque puede ser sorprendentemente excitante.

Los tobillos y pies

Pies

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Masajes o caricias suaves en los pies y tobillos pueden ser muy placenteros para algunas personas. Claro, asegúrate de que sea algo que ambos disfruten, porque los pies no son para todos.

Las orejas
Un clásico que a menudo se subestima. Susurra, besa o da un ligero mordisco en los lóbulos. También puedes acariciarlas suavemente con las yemas de los dedos para crear sensaciones distintas.

La parte baja de la espalda

Lower back

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Esa zona justo encima de los glúteos es perfecta para un masaje relajante o suaves caricias que liberen tensiones y despierten el placer.

Los antebrazos
Sorprendente, ¿verdad? Los antebrazos tienen piel delicada que responde bien a caricias o pequeños masajes con aceites.

Los dedos y las palmas de las manos
Más que herramientas, las manos están llenas de nervios sensibles. Acariciar los dedos o masajear las palmas puede ser una forma íntima de conexión.

Recuerda que el cuerpo es como un mapa lleno de sorpresas, y cada persona responde diferente. Explorar estos puntos puede mejorar la intimidad, ayudarte a conocer tus propios deseos y fomentar una mejor comunicación con tu pareja.