“Le estoy siendo infiel a mi esposo por esta razón”

le estoy siendo infiel a mi esposo

Me siento y lo espero en nuestro rincón habitual del bar del hotel, pensando en los orgasmos que me dará esta noche. ¿Me hará esperar hasta llegar a algo súper profundo y satisfactorio? ¿O iremos directo al sexo rápido y pulsante que él sabe que amo?

Mis ojos permanecen bajos, evitando intencionalmente el pesado diamante en mi dedo izquierdo. Cuando aparece, respira un dulce “hola” en la parte posterior de mi cuello. Ugg, si esto sucediera más de dos veces al mes… si tan solo él fuera mi marido.

Hasta hace poco, había tomado mis votos en serio. Mi esposo había sido todo para mí desde que nos conocimos en la universidad. No hubo chispas locas, pero fue mi primer novio, mi primer TODO, y fue persistente. Así que cuando me propuso matrimonio dos semanas antes de graduarme, dije que sí.

Cinco años después, tenemos dos niños pequeños y una vida sexual terriblemente aburrida y unilateral. ¿Juego previo, experimentación, empujones contra la pared? No hay nada de eso. Y lo peor: nunca me ha dado sexo oral. Ni una sola vez.

“¿Por qué no lo intentas?”, le pregunté en la cama una noche. “Eso es un NO para mí”, respondió. “No me gusta”. Después de eso, me dijo que preferiría que no volviera a preguntar. Así que esa noche, el sexo terminó con su orgasmo, y me quedé allí, insatisfecha.

No mucho después, noté a un tipo súper guapo que estaba cerca de mí en la tiendal. Finalmente se acercó y me dijo: “Qué suerte el que puso un anillo en ese dedo”. Recuerdo que pensé: no creo que el afortunado lo sepa.

Algo sobre esa conversación rápida me despertó. Esa noche descargué Ashley Madison, el servicio de citas en línea para personas que ya tienen una relación. Pronto, me conecté con Jared. Parecía guapo, amable y aventurero, y después de mensajes discretos por dos semanas, decidimos conocernos en persona.

Esa noche, estaba súper nerviosa. Incluso como mujer casada, honestamente tenía poca experiencia sexual. También me sentí culpable, por supuesto, preguntándome si había intentado hacer todo lo que podía con mi esposo. Pero luego pensé en todos los compromisos que yo le había ofrecido y que él había rechazado. El sexo oral no era negociable para él, así que decidí que en vez de negarme esa experiencia, simplemente tendría que conseguirla en otro lugar.

Entonces lo hice. Fui infiel. Jared sabía que nadie me había hecho sexo oral antes, y estaba más que feliz de hacerlo. Nadie había considerado mi placer cómo él lo hizo.

Ahora intento ver a Jared lo más seguido posible, y hablamos diariamente a través de mensajes de texto.

Sé lo qué están pensando: ¿por qué no simplemente me separo de mi esposo? Es simple: tenemos hijos y ellos son mi prioridad, además él es un gran padre. Tal vez es poco realista de mi parte esperar que él sea todo lo que necesito. Y tal vez es poco realista de mi esposo esperar que yo no quiera más.

Este artículo fue originalmente publicado en Cosmopolitan US

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