La monogamia siempre ha sido vista como el estándar, por lo que para muchas el plan de vida es: enamorarse de una sola persona, compartir la vida juntos y mantenerse fiel. Pero, con las redes sociales en juego, esa idea tradicional se ha visto un poco alterada. Ahora, entre likes, DMs y conexiones virtuales, muchas personas se preguntan si la exclusividad sigue siendo tan innata como nos han enseñado.
Las redes sociales han transformado la manera en que interactuamos, no solo con amigos y conocidos, sino también con posibles intereses amorosos. Antes, si estabas en una relación, las tentaciones eran limitadas al entorno físico. Ahora con un clic, puedes conectar con alguien nuevo en segundos. Instagram, TikTok, Bumble y aunque no lo creas, hasta LinkedIn, se han convertido en plataformas donde los límites entre la amistad y el coqueteo pueden volverse borrosos.
Este fenómeno ha llevado al auge del tristísimo término micro-cheating, que describe esos pequeños actos de infidelidad emocional, como darle like constante a las fotos de alguien, enviar mensajes coquetos o mantener conversaciones en secreto. Aunque no es una infidelidad física, sí puede generar desconfianza en una relación monógama.
El problema también con las redes es que han creado estándares poco realistas sobre las relaciones. Vemos parejas perfectas en TikTok, viajes soñados en Instagram y declaraciones de amor espectaculares, y es difícil no comparar nuestra realidad con esa versión curada de la vida ajena. Un estudio de Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking (2023) encontró que las parejas que pasan más tiempo en redes sociales son más propensas a sentir insatisfacción en su relación, precisamente por estas comparaciones.
Aunque mucho de esto suena muy alarmante, no es sinónimo de que la monogamia está en crisis. Lo que realmente está pasando es una redefinición de las relaciones. Las redes han abierto conversaciones sobre alternativas como la monogamia consensuada, las relaciones abiertas y el poliamor. Ya no se trata solo de seguir un guión social, sino de elegir conscientemente el tipo de relación que realmente funciona para cada persona.
Ahora bien, las redes sociales no han destruido la monogamia como tal, pero sí la han sacado de su zona de confort. Han hecho que las parejas hablen más sobre sus límites, sus expectativas y, sobre todo, su compromiso. Porque, al final del día, la exclusividad ya no es algo que se da por sentado, sino que se ha transformado en una elección activa que requiere comunicación constante.