Si últimamente sientes que la frecuencia de los encuentros íntimos con tu pareja ha disminuido, no estás sola. De hecho, esto no es solo algo individual, sino una tendencia global. La falta de sexo en las relaciones está aumentando y según los expertos, podría estar convirtiéndose en una crisis a nivel mundial.
El estrés y el agotamiento diario han hecho que el deseo pase a un segundo plano. Con jornadas laborales cada vez más exigentes y un ritmo de vida acelerado, muchas parejas llegan al final del día sin energía para tener sexo.
Si a esto sumamos el impacto de la tecnología y las redes sociales, que han cambiado la manera en que nos relacionamos. Antes de dormir, en lugar de hablar o compartir momentos juntos, muchas parejas pasan horas viendo series, revisando el celular o atrapadas en las redes sociales, lo que a veces genera más distancia que cercanía.
Otro factor clave es la salud mental. La ansiedad, la depresión y otros trastornos emocionales han ido en aumento y con ellos, la disminución del deseo sexual. No se trata de falta de atracción hacia la pareja, sino de un impacto fisiológico y emocional que puede apagar la libido sin darnos cuenta.
Además, el consumo frecuente de pornografía puede generar expectativas irreales sobre el sexo y afectar la conexión íntima en pareja, haciendo que el sexo real parezca menos emocionante en comparación con la fantasía.
Las nuevas generaciones también están teniendo menos sexo en comparación con las anteriores. Factores como el enfoque en el crecimiento profesional, la independencia emocional y las nuevas dinámicas de pareja han cambiado la manera en que se vive la sexualidad.
Estudios recientes del Journal of the American Medical Association (JAMA) han revelado que los adultos jóvenes tienen menos sexo que en décadas pasadas, y el Instituto Kinsey encontró que en algunas relaciones de largo plazo, la disminución en la frecuencia de encuentros sexuales puede afectar la satisfacción en pareja.
Pero, antes de caer en crisis, lo que puedes hacer para mejorar esto, recae mucho en la comunicación. Hablar abiertamente sobre cómo se sienten sin culpas ni presiones puede ayudar a entender qué está afectando el deseo.
También es importante redescubrir la intimidad más allá del sexo, priorizando los detalles cariñosos, el contacto físico y el tiempo de calidad. Mantener un equilibrio entre la salud emocional y física también influye en la libido, por lo que cuidar el bienestar personal es fundamental.
Recuerda que el sexo no es lo único que define una relación, pero sí es un pilar importante. La crisis de intimidad puede parecer un problema sin solución, pero con disposición, comunicación y pequeñas acciones diarias, es posible reconectar y fortalecer la pasión en pareja.