Si tienes el hábito de fumar, nunca falta la persona que te habla de los miles de daños que esto te hace, en especial a los pulmones. Que siendo realistas, no está mintiendo, pero algo curiosos es que el fumar no solo daña tu salud pulmonar o cardiovascular, también puede influir directamente en tu deseo sexual.
Según la International Society for Sexual Medicine, el tabaco puede reducir el flujo de sangre hacia los genitales, lo que afecta la lubricación y la sensibilidad. Si la parte fisiológica no está en condiciones óptimas, el deseo también puede verse afectado. Es como si tu cuerpo bajara un poco el volumen del placer, sin que te des cuenta de inmediato.
Además, el cigarro puede alterar el equilibrio hormonal, incluyendo aquellas hormonas clave que están relacionadas con el deseo sexual. Todo esto, sumado a otros efectos secundarios como la fatiga, los problemas para dormir o los cambios en el estado de ánimo, termina formando una combinación que poco a poco puede ir apagando tu libido.
Pero no todo son malas noticias. Si decides dejar de fumar, los beneficios comienzan a notarse más rápido de lo que crees. Desde los primeros días, tu cuerpo empieza a recuperar su capacidad de oxigenación, la circulación mejora y los niveles hormonales tienden a equilibrarse.
