El BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) puede ser algo que ha rondado en tu cabeza o en la de tu pareja. Pero siendo honestas puede parecer intimidante al principio, pero es una forma consensuada de explorar la sexualidad que muchas personas encuentran emocionante y liberadora. Si estás lista para intentarlo aquí te dejamos una guía sencilla para darle una oportunidad.
La comunicación es fundamental
Nada en el BDSM funciona sin una comunicación abierta y clara. Antes de probar cualquier práctica, es importante dejar en claro con tu pareja cuáles son tus intereses, límites y expectativas. Es importante que ambos sepan hasta dónde están dispuestos a llegar.
Definan límites y respetarlos
El BDSM no se trata de forzar ni de aguantar alguna molestia si no quieres. Se trata de explorar tus deseos y límites de manera consensuada. Algunas personas prefieren empezar con prácticas suaves, como vendas o esposas, mientras que otras prefieren roles más intensos como dominación y sumisión..
Prioriza la seguridad
Cualquier práctica sexual debe ser segura, y el BDSM no es la excepción. Si vas a usar cuerdas, accesorios o juguetes, asegúrate de saber cómo funcionan. En este ámbito, invertir en productos de calidad es un must. Recuerda siempre investigar bien lo que sea que vayas a intentar o incluir en tus encuentros sexuales.
Es normal sentir nervios
Los nervios son 100% normales, en especial si es tu primera vez intentando algo. Lo importante es ir a tu ritmo y disfrutar el proceso. No hay prisa ni una forma “correcta” de hacerlo. Si decides que algo no es para ti, siempre tienes la opción de detenerte y ajustar o simplemente darlo por concluido.
Explorar el BDSM puede ser emocionante, pero también requiere responsabilidad, comunicación y confianza. La clave está en escuchar a tu pareja, respetar tus propios límites y disfrutar del proceso de descubrimiento. Recuerda, el placer siempre debe ser mutuo, consensuado y libre de presiones.