Aunque los románticos digan que el amor está en el corazón, en realidad está en todo el cuerpo. De la cabeza a los pies, todo el cuerpo tiene una reacción cuando te enamoras. Para el amor romántico, las mariposas se sienten en el estómago, la debilidad en las rodillas y los celos en el estómago.
Para la ciencia, cada reacción química que el amor tiene atraviesa cada parte de nuestro cuerpo y nos hace reaccionar de formas que no esperamos. Incluso, hay especialistas defendiendo que el amor es una reacción biológica, necesaria en nuestros cuerpos.
“El amor es muy importante para nuestra salud, para nuestro bienestar y para nuestra reproducción”, explica Sue Carter, bióloga especializada en relaciones sociales.
Perder la cabeza
Empecemos por el principio: los efectos que el amor tiene cuando empezamos una relación. Para ‘volverse loca de amor’ debemos antes entender por qué. La primera impresión está a cargo de dos hormonas: la testosterona y los estrógenos. Ambos tipos de hormonas manejan el cuerpo cuando hablamos de atracción física y sexual.
¿Reconoces ese acelere de corazón cuando te vas a encontrar por primera vez con alguien? Es gracias a la noradrenalina, una de las hormonas del amor que se parece mucho a la adrenalina. Esta sustancia provoca que tu cuerpo entre en un estado de emoción y expectativa. Al ser una hormona generada por nuevas situaciones, también ayuda a la retención de memorias, por eso seguro recuerdas vívidamente tus primeras citas. Sumada a la noradrenalina está la hormona antidiurética, que aparece con las emociones fuertes como un primer beso o incluso celos.
Otras sustancias como la dopamina, la oxitocina y la serotonina salen al juego cuando se trata de un cuerpo enamorado. Este trío se encarga de responder a estímulos de manera positiva, dándote satisfacción cada vez que realizas algo. A ellas están relacionadas con las relaciones sexuales, el sentido de pertenencia y el interés por la otra persona.
El cóctel que estas hormonas producen en el cerebro, hacen del amor una sensación tan intensa como consumir cocaína, según el Journal of Sexual Medicine. Además de las sustancias emitidas, el cerebro activa las mismas zonas que si estuviera consumiendo drogas o alcohol.
Sí, se puede morir de un corazón roto
Bueno, quizás sea exagerado decir que alguien ‘murió porque le rompieron el corazón’. Sin embargo, hay estudios que revelan el efecto que las rupturas tienen en nuestro cuerpo. Consecuencias como la pérdida del apetito y de la memoria. Se ha hablado incluso del ‘síndrome del corazón roto’, el cual explica que puede haber anomalías cardiacas por afectaciones emocionales o psicológicas, como una pérdida o una ruptura.
Estas investigaciones, toman una combinación de factores para explicar cómo el amor y sus demonios atraviesan cada parte de nuestro cuerpo. Ante ello, la neurocientífica Stephanie Cacioppo concluye que “El amor no es opcional. No es algo sin lo que podamos vivir.”