¿Qué tan posible es encontrar un amor en dating apps durante la cuarentena? ¿Los hombres realmente buscan una relación o un booty call? Esto fue lo que descubrió Dafne Ruíz.
Por: Dafne Ruiz Sígueme en Twitter/Instagram: @MsDafneRuiz
Hace un mes, todavía en pleno confinamiento, leía por ahí varias notas sobre cómo las conexiones en las dating apps se habían tornado mucho más fuertes. O sea, que como nadie podía salir, la duración de las pláticas o texting, así como los temas, eran superiores en calidad antes de la pandemia. JA. JA. JA. Querida chica Cosmo, lo que yo aprendí (confirmé) es que no importa qué tan distanciados estemos o las restricciones que se hayan impuesto, la mayoría de los hombres (si no es que todos) solo quieren sexo.
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Ojo, por supuesto que no anulo los casos de éxito. Por ejemplo, una de mis mejores amigas (sí, Pau, tú) se casó con su match hace tres años. Creo que gracias a ella sigo intentando en un on-off tanto en Tinder como en Bumble. Fuera de un ex que tuve (sí, JM, tú), la constante por parte de mis matches siempre ha sido la búsqueda de un acostón, o en tiempos de Covid de obtener nudes, y si bien les va, un show de masturbación gratis por cam. En el ¿peor? de los casos, te aplicaron el catfish y cuando propones videollamada desaparecen.
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No creas que esto es algo exclusivo de los mexicanos, eh. Cuando Tinder decidió regalar un mes de Passport (la función que te permite escoger la ubicación en la que quieras ligar), opté por usarla para conquistar a un millonario en Los Angeles. Mi sueño es irme a vivir a LA al más puro estilo de Christine Quinn de Selling Sunset. Pues muchos matches, pero ninguno realmente comprometido o interesado en entablar esa profunda conexión. Vaya, podríamos enamorarnos perdidamente, en unos cuantos meses tomar un avión (por fin tener ese “momento aeropuerto” de película) y luego vivir el tiempo que aguantemos juntos. NA-DA. Ninguno quiso. Y los que quisieron no me gustaron tanto, la verdad. Tampoco eran millonarios. ¿Así cómo?
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Después de que algunos me tacharon de romántica empedernida (ingenua por no decir estúpida), decidí probar suerte en el mercado local. Para mi sorpresa, Bumble fue otra decepción. Si bien es considerada como una dating app más orientada a la formalidad (aunque tenga entre sus opciones el “no busco algo serio”) en la que la mujer tiene la sartén por el mango (hasta cierto punto, en breve les cuento por qué), nadie buscaba “conectar”. “Enchufarme” sí, por supuesto. Para variar, los patanes que abundan en Tinder ahora están presentes en Bumble.
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Lo peor fue que todos mis prospectos quisieron ignorar la cuarentena para… sí, follar. Estaban (están) tan calientes que no dejaban de jurarme y perjurarme: “Me he cuidado. Ni he salido”. Really, dude? Sin temor a equivocarme son los mismos que quieren tener sexo sin condón y que intentan convencerte más de una vez que los dejes penetrarte au naturel porque están “limpios”, porque con todas las demás sí usan protección. Pues no. Not today, Satan!
El colmo fue que un tuitero con el que salí el año pasado, todavía ayer me llamó 13 veces (¡trece!) porque no había dejado de pensar en mí. LOL. No sé si agradecer su sinceridad brutal, ya que no solo escuché un “te quiero ver” sino un “te quiero ver y te quiero dar hasta para llevar”. No me juzguen, nunca lo había escuchado expresarse así porque es bastante mamón, pero supongo que la calentura (y posible abstinencia) lo ha transformado. Obvio le dije que no (y me costó muchísimo después de que me dijera “ya te compré dos Moët”), no quiero tener remordimientos; mi salud es lo primero. Si de por sí tener relaciones sexuales representa un riesgo, si se le suma el Coronavirus, pues peor.
Por lo menos en mi caso, sin importar la app, parece que a los “caballeros” se les olvidó que el sexo casual también entró en cuarentena. Ahora que ya podemos salir (bajo tu propio riesgo, por supuesto), recuerda que puedes usar cubrebocas (aunque yo evitaría el sexo oral -que me encanta-) durante la sesión, optar por el doggy style (desde el principio está cañón, lo sé), y si el hombre en cuestión es superdotado, pues qué suerte porque con un “poquito” habrá placer al mismo tiempo que un poco más de sana distancia. ;)
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