Este es el mayor número de orgasmos que puede alcanzar una mujer en una hora

A diferencia de los hombres, las mujeres suelen ser multiorgásmicas…

Este es el mayor número de orgasmos que puede alcanzar una mujer en una hora

Este es el mayor número de orgasmos que puede alcanzar una mujer en una hora

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¿Cuántos orgasmos es capaz de experimentar una mujer durante una hora? Estudio revela cuál es el récord del placer para ellas…

El cuerpo humano está lleno de bondades sistémicas que no sólo permiten el perfecto funcionamiento de órganos para garantizar la vida, sino que, además, tienen muchas otras capacidades como la de proveer de placer gracias a órganos complejos como el clítoris.

Si comparamos las capacidades orgásmicas de hombres y mujeres, sin duda, las mujeres tienen una clara ventaja pues de acuerdo con un estudio realizado y publicado por el Centro de Estudios Sexuales de Long Beach, en Estados Unidos, las mujeres tienen la capacidad de alcanzar hasta 134 orgasmos por hora en comparación a los hombres para quienes el máximo es de 16.

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El estudio fue realizado a 800 personas de ambos sexos y la conclusión fue que, mientras para las mujeres ocurren 2.3 orgasmos por minuto, para ellos ocurre un orgasmo cada 4 minutos con 15 segundos lo cual tiene completa coherencia si consideramos que para ellos el tiempo de recuperación poscoital es más extendido.

Sin embargo, gracias a este estudio surge una interrogante mayor ¿qué debemos priorizar la calidad y el tiempo del orgasmo o la cantidad?

Aunque durante el estudio se obtuvo el registro de 2.3 orgasmos femeninos por minuto según la actividad muscular en la zona genital, en realidad puede tratarse de un éxtasis de larga duración que depende totalmente de los estímulos que reciben las mujeres durante el encuentro, es decir, si le damos la vuelta al asunto la conclusión podría ser que mientras los orgasmos de los hombres duran apenas 10 segundos durante y después de la eyaculación, los orgasmos de las mujeres podrían extenderse por más tiempo, lo cual las vuelve a colocar en una posición de ventaja frente al placer, pero en una posición de desventaja cuando el sexo heterosexual está plenamente enfocado a la penetración puesto que ningún hombre sobre la faz de la tierra tiene la capacidad física ni fisiológica de aguantar la jornada para satisfacer esa exigencia corporal.