Cuando se trata de infertilidad, muchas veces se cree que la mujer es la del padecimiento, pero la realidad es que muchos hombres también pueden sufrir de esta condición. La infertilidad masculina puede tener muchas causas, pero una de las menos conocidas es el varicocele, una condición que afecta entre el 10 y el 15% de los hombres. Aunque no siempre presenta síntomas evidentes, puede impactar directamente en la calidad del esperma y dificultar lograr un embarazo.
El varicocele es básicamente una dilatación de las venas dentro del escroto, algo así como várices, pero en una zona muy específica. Esta alteración afecta el flujo sanguíneo y aumenta la temperatura en los testículos, lo que no es ideal para la producción de espermatozoides saludables.
Para que los espermatozoides se desarrollen correctamente, los testículos necesitan una temperatura más baja que la del cuerpo. Con el varicocele, esa temperatura aumenta y puede alterar el flujo de oxígeno, reducir la cantidad y calidad del esperma, y afectar su movimiento y forma.
Muchas veces el varicocele no da señales claras, pero algunos hombres pueden experimentar dolor leve, sensación de pesadez en los testículos o notar un pequeño bulto en el escroto. En la mayoría de los casos, se descubre cuando una pareja tiene dificultades para concebir y se inician estudios médicos.
La buena noticia es que el varicocele tiene tratamiento. La solución más común es una cirugía llamada varicocelectomía, que redirige el flujo sanguíneo hacia venas sanas. Esta intervención suele mejorar la calidad del esperma y aumentar las posibilidades de concebir.
Aunque no se puede prevenir directamente, llevar un estilo de vida saludable puede contribuir al bienestar general y apoyar la salud reproductiva.
En resumen, la varicocele es una causa tratable de infertilidad masculina que, con un diagnóstico a tiempo, puede solucionarse. Si tú o tu pareja están enfrentando dificultades para tener hijos, no duden en buscar ayuda médica.