Tener sexo en lugares públicos puede parecer emocionante y una gran manera de salir de lo cotidiano en tu relación, pero no está exento de riesgos. Aunque puede parecer una idea atrevida y divertida, hay varios aspectos que debes considerar antes de aventurarte.
Para empezar y de los contrapies más importantes es el tema legal. En muchos lugares, el sexo en público es un delito que puede llevarte a multas, antecedentes penales o incluso a la cárcel si alguien te reporta. Y claro, nadie quiere terminar explicando una “aventura romántica” a la policía.
Aunque la idea de “ser descubiertos” suene emocionante, hay un lado menos glamuroso, podrías incomodar a alguien que pase cerca o, peor aún, terminar siendo grabada por un curioso con su celular. Imagínate ese video en internet... no, gracias.
Otro tema muy importante es el de la higiene y la seguridad. Lugares como baños públicos, parques o playas no siempre son los más limpios, y exponerte a bacterias o a un golpe incómodo en medio del momento no suena tan romántico después de pensarlo bien.
Por último, está el impacto emocional y social. Lo que empieza como una idea atrevida puede volverse una experiencia incómoda o vergonzosa si las cosas no salen como esperabas. Además, si alguien te reconoce, podrías terminar enfrentando miradas o comentarios que nadie quiere recibir.
Al final del día, aunque la idea de tener sexo en público puede sonar divertida, los riesgos legales, sociales y de salud no siempre valen la pena. Intenta recurrir a formas mucho más seguras como lugares privados con vistas que den esa vibra “pública”, como una habitación de hotel con grandes ventanales. O prueba el roleplay en casa para recrear esa sensación de aventura, pero en un entorno seguro sin poner tanto en juego.