¿Es normal que a veces me excite algo y después me dé asco o culpa?

Desafortunadamente, explorar tu sexualidad sigue siendo un tema de culpa para muchas personas

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¿Es normal que a veces me excite algo y después me dé asco o culpa?

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A veces, el deseo y la culpa se entrelazan de una manera que parece contradictoria. Puedes estar disfrutando plenamente un momento de excitación y, de repente, sentir incomodidad, vergüenza o incluso rechazo por lo que acaba de pasar. Si alguna vez te ha pasado, tiene una explicación tanto psicológica como biológica.

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Este fenómeno, conocido como disforia postcoital o malestar después del sexo, se refiere a la sensación de tristeza, incomodidad o culpa que algunas personas experimentan después de un encuentro íntimo, mastrubación, o incluso después de una fantasía. Aunque puede sentirse desconcertante, entender por qué sucede puede ayudarte a manejarlo mejor y, sobre todo, a dejar de juzgarte por ello.

Hay varios factores que pueden influir en esta reacción. Uno de los más comunes es el choque entre el deseo y las creencias personales. A lo largo de la vida, muchas personas crecen con mensajes contradictorios sobre la sexualidad: por un lado, se nos dice que es algo natural y placentero, pero por otro, se nos imponen ideas sobre lo que es “correcto” o “aceptable”. Si en algún momento has fantaseado o experimentado algo que choca con estas creencias, es posible que después tengas una sensación de culpa, incluso cuando el placer fue genuino.

Otro factor importante es la diferencia entre las expectativas y la realidad. Tal vez imaginaste que algo te iba a encantar y, cuando lo viviste, la experiencia no fue como esperabas. Esto puede generar incomodidad, no porque haya estado mal, sino porque la fantasía a veces es diferente de la práctica.

Por otro lado, si en algún momento de tu vida recibiste mensajes negativos sobre la sexualidad o viviste experiencias desagradables relacionadas con el tema, es posible que tu cerebro haya asociado ciertas situaciones con vergüenza o incomodidad, aunque racionalmente sepas que no hay nada de malo en ellas. Este tipo de reacciones suelen estar más relacionadas con la educación y la cultura que con lo que realmente deseas o disfrutas.

Si estos sentimientos aparecen de vez en cuando y no afectan tu bienestar general, es probable que solo sean una respuesta emocional pasajera. Pero si la culpa o el rechazo son constantes y te impiden disfrutar de tu vida íntima, podría ser útil explorar estos sentimientos con mayor profundidad, tal vez con la ayuda de un terapeuta especializado en sexualidad.