Actualmete el sexo ya no es una prioridad entre las parejas, ¿qué lugar ocupa en el matrimonio?
Aunque el sexo es subjetivo y cambia dependiendo la relación de pareja, está comprobado que cada vez hay menos actividad íntima entre las personas. De hecho, el reporte anual futurístico de LELO reveló que en el futuro el sexo se verá desplazado debido a cuestiones laborales y de entretenimiento. Sin embargo, esto no será del todo negativo, pues de acuerdo a la empresa, puede que tengamos menos intimidad, pero la valoraremos más.
Es aquí entonces cuando surge una duda en específico: ¿es necesario el sexo para que un matrimonio funcione y sea feliz?
¿Es el sexo clave para un matrimonio feliz? Esto dicen los expertos
Muchas parejas aseguran que cuando tienen hijos, el sexo se detiene o sucede de forma muy poco frecuente. Los encuentros sexuales comienzan a ir en caída, por lo que diversos especialistas han abordado este tema para poder entender qué lugar ocupa en sexo en el matrimonio.
“En nuestra formación como especialistas no tener relaciones sexuales era algo equivalente a un problema del deseo. Hoy no es necesariamente así, porque las personas acomodan de distinta manera a la sexualidad en una escala de valores, y mientras que para algunos es un valor que ‘rankea’ en el primer puesto, otros la sitúan en el medio de la tabla, o al final”, explicó el experto en sexología y autor del libro Cuerpxs equivocadxs, hacia la comprensión de la diversidad sexual.
Además, el especialista explicó que antes el sexo espontáneo y la pasión en la cama eran elementos clave para una relación estable y duradera, pero actualmente la intimidad ya no funciona de la misma forma.
El sexo y la autonomía
Por su parte, la sexóloga Olga Tallone, asegura que cuando una pareja llega a la etapa de autonomía, que es cuando cada individuo comienza a tener sus propios intereses, es cuando el sexo disminuye. Se trata de darle libertad a tu pareja de llevar a cabo las actividades que más le gustan de forma individual.
“Y no hablo de la libertad de abrir la pareja, sino de la subjetividad de cada uno. Eso es clave, porque si a uno de los dos con el paso de los años le gusta escribir o leer de noche, y al otro le molesta la luz o el ruido del teclado, tendrán que hablar para ver cómo lo resuelven. En los grupos en los que trabajo aparecen mucho este tipo de ejemplos. Espiritualizar el vínculo es entender que la unidad de la pareja sucede cuando se reconoce al otro. En esa pérdida del reconocimiento del otro es cuando se termina perdiendo el sexo”, señala.
Y lo más interesante, es que Tallone hace mención a que muchas veces no es el sexo en sí lo que una pareja extraña, sino lo que este conlleva, como caricias, conexión espiritual y emocional y la complicidad. Sin embargo, la conclusión en este tema es que ya no se necesita del sexo para vivir feliz en pareja.