A través de un estudio con 500 encuestados, científicos finlandeses descubren las zonas del cuerpo donde los seres humanos experimentamos las sensaciones físicas que relacionamos con el amor, para saber más sobre el impactante resultado continúa leyendo…
Un equipo de expertos de la Universidad de Aalto en Finlandia realizó un estudio donde participaron 500 personas, mismas que señalaron mediante sus computadoras, el área del cuerpo donde ubican las manifestaciones corporales del amor, además descubrieron que en la cultura finlandesa existen 27 tipos diferentes de afecto.
¿Dónde identificamos las sensaciones corporales que asociamos al amor?
La encuesta se llevó a cabo en tres facetas: la primera consistió en dotar de una herramienta digital a través de la cual los encuestados pintaron con un cursor la zona del cuerpo donde identifican las sensaciones relacionadas al amor y mediante esa misma plataforma, los usuarios marcaron la intensidad de esas sensaciones a través de clicks sobre la zona corporal donde se manifiesta el afecto.
Dentro de las partes seleccionadas por los participantes destacaron la cabeza y la zona del pecho donde se aloja el corazón.
La segunda etapa del estudio se basó en qué tan satisfactoria es la experiencia cuando sentimos amor en alguna zona del cuerpo donde destacó que un porcentaje significativo de los participantes señaló la zona de las manos, específicamente en la punta de los dedos, seguida por la zona genital motivo por el que los expertos a cargo del estudio asociaron el resultado con el contacto corporal.
La tercera etapa de la encuesta tuvo como objetivo definir la opinión de los participantes respecto a las diferencias y similitudes de los 27 tipos diferentes de amor que se detectaron. La conclusión del estudio publicado por la revista Philosophical Psychology reveló que la cabeza y el corazón son las principales zonas del cuerpo donde sentimos el amor, seguidas por las extremidades superiores y la zona genital con las que asociamos el contacto físico.
Lo anterior parece apuntar a que es muy difícil separar el razonamiento de las emociones.