Después de una terminar una relación, sabemos el contacto cero suena como una tortura, pero en realidad puede ser la clave para sanar. Aunque es algo que se ha popularizado mucho en los últimos años, hay personas a las que aún no les queda muy claro cómo funciona. Aquí te explicamos de qué va y si realmente funciona.
Como tal, el contacto cero es cuando cortas por completo la comunicación con tu ex: sin llamadas, sin mensajes, sin stalkear sus redes sociales, nada de nada. Aunque al principio parece imposible, es una estrategia que realmente funciona cuando lo que buscas es recuperar tu estabilidad emocional y dejar de aferrarte a alguien que ya no está en tu vida.
El problema con muchas separaciones es que nos volvemos adictas a la persona. Nuestro cerebro queda acostumbrado a su presencia y puede reacciona a la separación como si tuvieras un síndrome de abstinencia.
Cada mensaje, cada “me gusta” en redes o cada intento de “seguir siendo amigos” solo refuerza esa dependencia y prolonga el proceso de duelo. Aquí es donde el contacto cero puede ser tu salvavidas en el mar de amargura, ya que al cortar el vínculo, poco a poco dejas de asociar tu bienestar con esa persona y comienzas a recuperar tu independencia emocional.
Además, alejarte te permite ver la relación con más claridad. Sin la influencia de la nostalgia o las emociones del momento, puedes analizar lo que realmente pasó, reconocer patrones tóxicos y entender si esa persona era realmente para ti o solo una costumbre difícil de dejar. Honestamente, es un proceso muy incómodo, pero necesario para tomar decisiones desde un punto de vista objetivo y no desde el apego.
Por otra parte, el contacto cero no solo se trata de olvidar a tu ex, sino de enfocarte en ti. Muchas veces, después de terminar una relación, nos quedamos atrapadas en lo que el otro hace o deja de hacer, cuando en realidad deberíamos estar invirtiendo ese tiempo en nosotras mismas. Es la oportunidad perfecta para reencontrarte, fortalecer tu autoestima y recordar que tu felicidad no depende de nadie más.
Es importante mencionar que si lo usas como una táctica para hacer que tu ex regrese, es probable que termines decepcionada. El contacto cero no es un juego de manipulación, es un acto de amor propio. Y aunque no hay un tiempo definido para que funcione, la mayoría de los expertos recomiendan al menos 30 días sin contacto. En muchos casos, cuando te das ese espacio, te das cuenta de que ni siquiera quieres volver.
La verdad sí, es difícil y claro que vas a querer escribirle, buscarle e incluso stalkear. Pero cada vez que te detengas de hacerlo, recuerda que lo haces porque tu paz vale más que cualquier mensaje sin respuesta o cualquier “amor” ambiguo.