Cuando se trata de la edad, sabemos que con el tiempo, el cuerpo cambia con los años y eso incluye la manera en que experimentamos placer. Ahora bien, la respuesta a si las zonas erógenas pierden sensibilidad con el tiempo no es tan sencilla, pero aquí te explicamos a grandes rasgos de qué va.
A medida que envejecemos, los niveles hormonales pueden disminuir, especialmente durante la menopausia. Esto puede influir en la lubricación y en cómo se perciben las caricias. Pero la buena noticia es que hay maneras de contrarrestar esto, ya sea con ayuda de lubricantes o incluso tratamientos hormonales.
Otro factor a tomar en cuenta es que la circulación puede ralentizarse, lo que podría hacer que algunas terminaciones nerviosas puedan ser menos receptivas. Sin embargo, esto no significa que las zonas erógenas “dejen de funcionar”.
Aunque las zonas erógenas físicas son importantes, gran parte del placer se genera gracias a la mente. El estrés, el cómo te autopercibes y la conexión emocional pueden tener un mayor impacto que el contacto físico como tal.
En resumen, la sensibilidad de las zonas erógenas sí puede variar con el tiempo, pero esto no significa que el placer desaparezca. Con pequeños ajustes, como cuidar la circulación, usar los productos adecuados y dedicar más tiempo a conectar contigo misma y con tu pareja, puedes seguir disfrutando plenamente de tu sexualidad en todas las etapas de la vida.
