¿Cómo detectar si tu encuentro íntimo es solo sexo? Te decimos las principales diferencias entre tener sexo y hacer el amor
Tener sexo no es lo mismo que hacer el amor, y la psicología lo ha comprobado mediante diferentes factores. Se trata de dos experiencias que tienen repercusiones distintas a nivel emocional y psicológico, pues no significan lo mismo aunque ambas involucren penetración y actividades de índole sexual. El sexo tiene como objetivo obtener placer sexual, mientas que hacer el amor se incina hacia una gratificación emocional.
Diferencias psicológicas entre tener sexo y hacer el amor
- Nivel de afectividad
Cuando solo se tiene sexo, no hay sentimientos ni emociones involucradas en el acto. Un encuentro casual se caracteriza por una atracción sexual, pero no por amor romántico, a diferencia del término “hacer el amor”. Pero ojo, de acuerdo a expertos, aunque tu relación con una persona sea únicamente física, por necesidades fisiológicas o por mera atracción sexual, si se tiene intimidad con la misma persona más de tres o cuatro veces, se corre el “riesgo” de que el amor se haga presente.
- Objetivo del encuentro
Si el fin del acto íntimo es llegar al orgasmo y experimentar placer sexual, se trata de sexo, mientras que al hacer el amor se busca conectar a nivel espiritual, emocional y físico con la otra persona.
- Expresión verbal
La forma de expresión cambia dependiendo del tipo de encuentro que se esté teniendo. Cuando se tiene sexo, el lenguaje puede ser rudo y erótico, refiriéndonos específicamente al dirty talk. Cuando se hace el amor, se buscan palabras sucaves y románticas para seducir y enamorar a la otra persona.
- Placer mutuo
¿Tu principal objetivo es recibir o dar placer? Este es un punto muy relevante para determinar si estás haciendo el amor o estás teniendo sexo. Cuando se hace el amor se busca la gratificación mutua o de la pareja, y cuando se tiene un encuentro meramente sexual se busca el placer propio.
- Comportamiento post sexo
Cuando se hace el amor, la pareja en cuestión tiene la necesidad de seguir cultivando el vínculo emocional por medio de abrazos, caricias, besos y conversaciones profundas. Cuando se tiene sexo, se evita el contacto físico después de la intimidad y sobre todo cualquier acto que pueda ser considerado como emocional.