Para empezar, hay que tener en claro que explorar nuestra sexualidad es completamente normal, pero hay formas más seguras que otras de hacerlo. Usar frutas o verduras para la masturbación puede parecer una idea creativa, pero lo que empieza como curiosidad puede terminar en una sala de emergencias. Aunque parecen inofensivas, estos alimentos pueden traer más riesgos que placer.
El problema de la higiene
Las frutas y verduras pueden contener bacterias, pesticidas o residuos químicos que pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal y provocar infecciones como la vaginosis bacteriana o la candidiasis. Además, los azúcares naturales de algunas frutas pueden alimentar el crecimiento de hongos, lo que aumenta el riesgo de molestias y picazón.
Riesgo de irritación o alergias
Algunas frutas, especialmente las cítricas como el kiwi o la naranja, contienen ácidos que pueden ser demasiado agresivos para la piel sensible de la zona íntima. Incluso el látex natural presente en frutas como los plátanos puede causar reacciones alérgicas en algunas personas sin que lo sepan.
Accidentes o desgarros
No todas las frutas y verduras tienen una textura segura. Algunas tienen superficies rugosas, bordes afilados o cáscaras que pueden desprenderse y quedar dentro. Además, si el objeto es demasiado grande o se mete sin suficiente lubricación, puede causar dolor o incluso pequeñas heridas que pueden resultar en infecciones.
Riesgo de que se atoren
Si la fruta o verdura no tiene un tope seguro, puede deslizarse muy dentro del canal vaginal o anal, lo que podría llevar a una visita de emergencia al hospital. En el caso del sexo anal, es aún más peligroso, ya que los objetos pueden moverse hacia arriba sin posibilidad de ser retirados fácilmente sin ayuda médica.
Contaminación cruzada
Si la fruta o verdura ha estado en contacto con superficies sucias o con las manos sin lavar, puede llevar bacterias como E. coli o Salmonella. Esto puede derivar en infecciones urinarias o incluso problemas digestivos si hay contacto con la zona anal. Aunque lavarlas ayuda, no elimina por completo el riesgo.
Si buscas experimentar de manera segura, lo mejor es recurrir a juguetes diseñados específicamente para el placer, hechos de materiales seguros y fáciles de limpiar. Usar lubricantes adecuados y mantener una buena higiene también es clave para evitar problemas.