Tal vez este artículo te perdió en “Hola”. O leíste el título acerca del sobredimensionamiento de tu clítoris y dijiste: “Gracias, pero estoy bien con su tamaño natural”. Justo, pero espera...
Kristie tiene 34 años, es mamá de dos y makeup artist en Phoenix. Me cuenta que un traficante de drogas salvó su vida sexual. Kristie y su esposo, casados desde 2017, tuvieron una dura experiencia cuando nació su bebé. El embarazo y la lactancia afectaron el libido de Kristie. Quería tener sexo. Lo extrañaba. Pero ella simplemente no lo sentía por sí misma. Acudió a su ginecólogo habitual, quien no le ofreció mucha orientación pero le recomendó a un especialista en salud sexual; solo que Kristie no pudo pagar los costos, así que tomó el asunto en sus propias manos. En medio de su investigación, encontró a alguien en línea que le vendería lo que había estado buscando en Google durante semanas: un posible remedio hormonal, del cual se hablaba poco, porque legalmente no era posible conseguirlo. Mediante una cuenta anónima de CashApp, intercambió Bitcoins por un suministro de un mes de una crema de esteroides anabólicos. ¿El ingrediente activo? DHT, un químico potente primo de la testosterona y una sustancia popular en el mercado negro. Kristie estaba decidida a hincharse de una manera muy específica, reforzando su clítoris. Te puede interesar: «Tengo el clítoris como una nuez gigante»: influencer termina en urgencias, ¿por qué?
El sublime debate sobre el movimiento llamado “Crecer tu clítoris”
Empezó aplicando poquita crema con los dedos dos veces al día. En menos de una semana, el clítoris de Kristie estaba más grueso y más sensible. Sus orgasmos eran repentinamente más fáciles, llegaban después de solo 20 minutos de estimulación en lugar de la hora completa que casi siempre había necesitado. Cada clímax también era más intenso, originándose en lo que sentía como un lugar profundo en su interior, irradiando ondas a través de toda su zona pélvica. Cinco meses después, su clítoris continúa hormigueando con el crecimiento. “Me siento como un niño de 14 años que quiere montarse en todo lo que ve”, compara. Optimizar el cuerpo humano para obtener algún beneficio deseado (estados de ánimo más brillantes, capacidad intelectual increíble, una microbiota intestinal más saludable) ha impulsado tendencias como la crioterapia, las cajas de luz UV y las dietas cetogénicas. Ahora, liderado por una falange de entusiastas online, el auge del biohacking ha llegado para el clítoris. En foros públicos, como Grow Your Clit, al que se han unido unas 29 mil personas desde su fundación en 2019, los miembros comparten consejos anecdóticos. Mucha gente publica fotos close-up como referencia. En sitios de redes sociales como FetLife, donde Kristie aprendió por primera vez sobre la ampliación del clítoris, los usuarios intercambian historias similares, diferenciando sus experiencias con testosterona y DHT. Los doctores especialistas con los que hablé para esta historia dicen que ellos también han notado un aumento en el interés de los pacientes. También lee: 10 datos que quizá no sabías sobre el clítoris
Crecimiento del clítoris: ¿Una elección estética o un tratamiento?
Las *cultivadoras* de clítoris en línea se autoidentifican como heterosexuales, queer, gays, cisgénero, trans, no binarios, monógamamente casados, poliamorosos sin pareja y pervertidos. Sus objetivos personales igualmente varían: buscan un clítoris más grande como una solución para la baja excitación persistente o para los orgasmos que casi nunca tienen. O es una modalidad de tratamiento para la disforia de género. Para muchas personas, el agrandamiento no es un tratamiento en absoluto, sino una elección estética. Las suertudas pueden obtener hormonas a través de doctores, con consultas y re- cetas cubiertas por el seguro.
Las menos suertudas, como Kristie, se ven obligadas a burlar la ley al acceder a las drogas del mercado negro y descubrir las dosis por su cuenta. Ciertos moralistas podrían apretarse la lengua y preguntarse: “¿Quién debería realmente usar estos medicamentos?”. Pero el espíritu en esta comunidad es que las razones de todas son válidas. Incluso se podría decir que la pregunta más importante, no solo para quienes cultivan sus clits, sino para cualquiera de nosotr@s, a quienes nos gusta tener voz en las decisiones sobre nuestros propios cuerpos, es: ¿Por qué alguien debería tener que explicar sus razones? Te puede interesar: La princesa que reubicó su clítoris para poder tener un orgasmo
¿Cómo funciona el clítoris?
Para ser clara, el clítoris es más que un botón lleno de nervios cerca del hueso púbico. Esa es solo la parte visible, llamada glande. El órgano, en realidad, se extiende pulgadas dentro del cuerpo en una formación similar a un ala, toda su estructura responde a las señales de excitación. La genética es el principal determinante del tamaño del clítoris, dice Marci Lee Bowers, ginecóloga y cirujana en California, especializada en procedimientos de afirmación de género. La testosterona natural, la cantidad que tu cuerpo produce por sí solo, también podría tener un papel. Pero no hay duda de que la testosterona sintética y las hormonas relacionadas, cremas como la de Kristie aplicadas directamente al clítoris o geles e inyecciones administrados en otras partes del cuerpo, pueden dimensionar un clítoris al unirse a sus receptores de andrógenos y aumentar el flujo sanguíneo. (La testosterona es también conocida como un impulsor del libido y la excitación. Un grupo de trabajo de 11 organizaciones médicas, incluida la Sociedad Endocrina, incluso tiene pautas clínicas para usarla para tratar el deseo sexual crónicamente bajo). Pero la satisfacción íntima no depende únicamente del tamaño del clítoris. En este momento, por ejemplo, no hay evidencia científica de que un clítoris agrandado desarrolle terminaciones nerviosas adicionales. Sin embargo, lo que es posible, dice Meera Shah, directora médica de Planned Parenthood Hudson Peconic en Nueva York, es que una mayor superficie puede hacer que ciertas sensaciones (el flujo de sangre de la excitación al contacto físico) sean más notables. Te puede interesar: Así funciona tu clítoris cuando ves a alguien que te gusta
¿Y qué hay de los posibles efectos secundarios que vienen con tomar testosterona?
En el mundo del cultivo del clítoris, ciertos efectos secundarios no son universalmente vistos como buenos o malos (algunos usuarios quieren un lindo y pequeño stache). Todo esto apunta a otra razón por la cual la ampliación del clítoris puede estar ganando terreno: las nociones de masculinidad y feminidad están experimentando una remezcla cultural. “Hemos ampliado nuestras definiciones de lo que es ser una persona de género”, apunta la Dra. Bowers. “¿Quién puede decir qué es un ideal femenino? ¿Quién puede decir qué es un ideal masculino? Tal vez llegar un poco al medio sea atractivo”, acota. Después de todo, un clítoris más grande y prominente, un cambio físico que puede sentirse ultra femenino para una persona, puede sentirse igual de afirmativo para una persona no cis. Rachel, de 33 años, es trans y no binaria, y después de casi dos años y me- dio con dosis bajas de testosterona, recetadas por un doctor y cubiertas por un seguro, su clítoris ahora es lo suficientemente grande como para producir erecciones visibles. “Es básicamente un pene chiquito “, dice la candidata a doctorado de Arizona, quien des- cribe su apariencia externa como normativa femenina. “Es emocionante y excitante. Puedo caminar con un secreto y compartirlo con quienes quiera”. Además, Rachel señala: “Que te hagan un blow job es increíble”.
Grow Your Clit
Cuando Betty*, de 30 años, tropezó con la comunidad Grow Your Clit, estaba intrigada. Los orgasmos siempre la habían eludido, pero encontraba el placer de otras maneras. ¿Aún así podría un clítoris más grande hacer que su vida sexual fuera aún mejor? Ella decidió averiguarlo; al principio, asumió que la testosterona sería fácil de conseguir. Tenía un trabajo en el gobierno con un buen seguro de salud. “Pensé que encontraría a cualquier endocrinólogo”, dice. Pero esos doctores no sabían qué hacer con una paciente como Betty, joven, sana y cisgénero, sin nada realmente mal. El primer médico que la vio rechazó sus razones para querer hormonas. También lo hizo el segundo... y el quinto. “Descubrí que la mayoría de estos proveedores eran para mujeres posmenopáusicas o perimenopáusicas que tenían problemas con sus hormonas naturales”. También lee: Cómo funciona el succionador de clítoris Finalmente, en marzo pasado, después de meses en lista de espera, Betty consiguió una cita en una clínica de salud centrada en las personas trans en Pensilvania. El proveedor no le exigió que “probara” su necesidad de la hormona. En cambio, ella fue asesorada sobre los efectos potenciales de la droga, luego se le permitió decidir por sí misma si lo hacía; un modelo conocido como consentimiento informado. Ella optó por participar y obtuvo un suministro de testosterona por tres meses, desde entonces ha crecido su clítoris lo suficiente como para hacer contacto con el pene de su esposo durante las relaciones sexuales. Uno de los primeros orgasmos que tuvo de esta manera fue, bueno, memorable. “Pude ver mi clítoris pulsar”, describe. “Me dejó boquiabierta”. Betty se considera afortunada, aunque también se sitúa en la línea de tiempo de la historia de las mujeres que se han enfrentado a la vigilancia médica sobre su propia anatomía: “Se siente como cuando la gente decía: ‘Perdón, no puedes hacerte una histerectomía. No tienes tres hijos y tu esposo no lo aprobará’”. También lee: Manual para estimular el clítoris y tener un orgasmo
Casos como el de Betty ponen de relieve la necesidad de un acceso mucho más amplio a la atención calificada, con el fin de evitar crear cargas para las clínicas que atienden a pacientes marginados. (Al menos una práctica que trata a pacientes con diversidad de género ha publicado en el foro Grow Your Clit recomendando que las mujeres cis vayan a otro lugar). Y experiencias como la de Kristie apuntan a la necesidad de una cobertura mejor y más asequible, justamente para prevenir complicaciones médicamente no supervisadas. Con sus propios centros de salud, la Dra. Shah promueve un enfoque que respeta el deseo de sus pacientes por las hormonas, para el crecimiento del clítoris y otros fines. “Ellas conocen sus vidas mejor que yo”, argumenta. “Y confío en que sepan lo que quieren para prosperar”. Con el tiempo suficiente, el ajuste del clítoris de manera hormonal podría normalizarse tanto como otras mejoras biológicas. “Café, Adderall, dieta, higiene personal: todo el mundo está haciendo biohacking”, asegura Rachel. “Espero que cualquiera que desee probar las hormonas pueda probarlas, por la razón que sea. Teóricamente, eso hace que el acceso sea mejor para todos”. Por ERIN QUINLAN Reporte adicional JESSICA LUCAS