¿Cómo sé si realmente soy compatible sexualmente con mi pareja?

Aunque haya amor en tu relación, a veces la compatibilidad sexual es nula

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¿Cómo sé si realmente soy compatible sexualmente con mi pareja?

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Por extraño que parezca, la compatibilidad emocional que tengas con tu pareja, puede ser muy distinta a la sexual. Esta no solo se trata de tener química en la cama, influyen temas como la conexión, comunicación y deseos alineados. Si alguna vez te has preguntado si tú y tu pareja realmente empatan en este aspecto, aquí te dejo algunas señales clave para descubrirlo.

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Se sienten cómodos hablando de sexo

La comunicación es la base de una buena vida sexual. Si pueden hablar abiertamente sobre lo que les gusta, lo que no y lo que les gustaría probar sin sentir vergüenza o incomodidad, es una gran señal de compatibilidad.

Sus deseos y frecuencia coinciden

No se trata de querer exactamente lo mismo todo el tiempo, sino de encontrar un balance. Algunas parejas disfrutan del sexo con más frecuencia, mientras que otras prefieren encuentros más esporádicos pero intensos. Lo importante es que ambos se sientan satisfechos y respetados en sus necesidades.

Disfrutan explorando juntos

La curiosidad compartida puede ser un gran indicador de compatibilidad. Si ambos están abiertos a experimentar nuevas cosas, probar fantasías o simplemente mejorar su conexión en la intimidad, es probable que sean un buen match.

Hay conexión más allá de lo físico

El sexo es mejor cuando hay una conexión emocional. Si sientes que tu pareja te escucha, te entiende y se preocupa por tu placer tanto como por el suyo, eso refuerza la compatibilidad.

Se adaptan a los cambios

Los deseos y la energía sexual pueden variar con el tiempo. Si pueden ajustar su intimidad según las circunstancias (estrés, cansancio, cambios hormonales) sin que se convierta en un problema constante, tienen una base sólida.

No hay presión ni culpa

Si pueden decir “hoy no tengo ganas” sin que el otro se sienta rechazado o frustrado, es una señal de respeto y compatibilidad. La presión para tener sexo o la culpa por no cumplir ciertas expectativas pueden afectar la relación y nunca debe ser algo que se permita o se fomente.