¿Cómo puedo equilibrar mi deseo sexual con el de mi pareja?

Estas son algunas opciones cuando llegar a haber momentos de desfase en el deseo sexual de ambos

¿Cómo puedo equilibrar mi deseo sexual con el de mi pareja?

¿Cómo puedo equilibrar mi deseo sexual con el de mi pareja?

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En toda relación, el deseo sexual puede variar y en ocasiones, los ritmos entre ambos no coinciden. Tal vez uno quiera más intimidad mientras que el otro no está en el mismo mood. Aunque esto es completamente normal, puede generar frustración o distancia si no se maneja bien. La clave para encontrar el equilibrio no está en forzar las cosas, sino en entenderse, comunicarse y explorar nuevas formas de conexión.

Para empezar es importante hablar del tema sin juicios ni presiones. En lugar de asumir que tu pareja debería “entender” cómo te sientes, es mejor expresarlo con claridad y empatía. En vez de decir “nunca quieres tener sexo”, podrías probar con “me gustaría encontrar maneras de conectar más íntimamente contigo”. Pequeñas diferencias incluso en cómo nos expresamos pueden marcar una gran diferencia en cómo la otra persona lo percibe.

Además, recordemos que el sexo no se trata solo de la penetración. A veces, centrarse en el erotismo del día a día puede ayudar a reducir la presión y a despertar el deseo de forma natural. Besos largos, caricias espontáneas, masajes o incluso un mensaje coqueto pueden hacer que la intimidad se sienta más orgánica en lugar de una obligación. Si uno de los dos siente menos deseo, la clave puede estar en explorar sin presiones, disfrutando de la cercanía sin expectativas inamovibles.

Es importante también identificar qué factores pueden estar afectando la libido. Estrés, cansancio, cambios hormonales o problemas emocionales pueden influir en la forma en que cada uno experimenta el deseo. Si sientes que tu apetito sexual ha bajado, pregúntate si hay algo en tu vida que pueda estar influyendo en ello. Y si es tu pareja quien parece menos interesada, en lugar de interpretar esto como falta de atracción, es mejor preguntarle cómo se siente y qué le ayudaría a relajarse más.

Llegar a compromisos es otra herramienta clave también. Si hay una diferencia en la frecuencia del deseo, pueden buscar formas de mantener la conexión sin que nadie se sienta presionado. Planear citas sin la expectativa de que todo termine en sexo, probar experiencias nuevas que les emocionen a ambos o incluso simplemente respetar los tiempos del otro sin culpas, pueden ser formas de mantener la chispa encendida sin generar incomodidad.

Si el problema persiste y afecta la relación, buscar ayuda profesional no es un signo de fracaso, sino de compromiso. La terapia de pareja o acudir con un sexólogo puede ayudar a entender mejor sus necesidades y dar herramientas para encontrar un punto medio sin presiones ni resentimientos. Recuerda que la diferencia en los niveles de deseo no tiene que ser un obstáculo si se aborda desde la empatía y la comunicación.