¿Por qué nos gusta escuchar música triste cuando tenemos el corazón roto?

¿Por qué nos gusta escuchar música triste cuando tenemos el corazón roto?

¿Por qué nos gusta escuchar música triste cuando tener el corazón roto?

Ahí estás. Tirada en el sofá, sollozando. Tan ricamente entre pañuelos usados, comiendo papas fritas de bolsa y tragándote la telebasura más cutre. “Vente con nosotras, ¡anímate!”, te dicen. Que no. Que estás encantada con tu depresión. Pero decides salir a dar una vuelta y, para no pensar, te pones los auriculares. Quizá la lógica apunte a que, para sobreponerte a la pena máxima, debieras ponerte música alegre, caribeña. Pero lo que te pide el cuerpo es escuchar canciones extremadamente bajoneras. Y aún no has doblado la esquina cuando, terminando el ‘Someone like you’ de Adele, te tienes que volver a casa para no dar un espectáculo en plena calle. La pregunta es: ¿por qué el cuerpo te pide sumirte en el más absoluto desconsuelo martilleándote con melodías infinitamente tristes? La ciencia tiene la respuesta. La música es un liberador natural de sentimientos, eso es un hecho. Sabido es también que sirve para canalizar las emociones. Por eso, cuando nos sentimos profundamente abatidos, nuestro cerebro busca instintivamente canciones que plasmen las mismas sensaciones que estamos experimentando. ¿Para qué? Para, según el investigador Tuomas Eerola, realizar un ejercicio introspectivo que nos ayude a determinar cómo nos sentimos y, de esta forma, encontrar inconscientemente las pautas y herramientas para sobreponernos al dolor. Aunque este recurso funciona únicamente con las personas empáticas, aquellas capaces de ponerse en el lugar del otro, porque son capaces de conectarse con los sentimientos plasmados en los “argumentos” de esas canciones. Encuentran el refugio en otra historia triste, melancólica, para sobreponerse a la suya. No así las personas poco empáticas, que suelen huir de las canciones tristes porque únicamente les conducen a seguir regodeándose en su pena, pero sin proveerles de los recursos necesarios para superarla.Así que si tu patrón responde al primer perfil, enhorabuena: eres una persona sensible a lo que te rodea. También por eso, la música bajonera te hará un doble bien; otro estudio, este publicado en la revista Scientific Reports, vincula las playlist tristes con el acto liberador y catártico de llorar. Los expertos Kazuma Mori y Makoto Iwanaga, autores de este análisis, confirmaron que el hecho de canalizar el malestar a través del llanto genera sensaciones de tristeza, sí, pero seguida de placer y, al término, calma y ánimo por pasar página. En conclusión: no pienses que determinados ritmos y compases te sumirán todavía más en la depresión extrema. Si te consideras una persona empática, no huyas de estas canciones; es más, recurre a ellas si de verdad deseas levantar de nuevo el vuelo y dejar de comer helado. Y para ahorrarte el trabajo “que bastante tienes tú ya”, aquí tienes nuestro Top 4 de música tan deprimente como sanadora: CON INFORMACIÓN DE COSMOPOLITAN ESPAÑA