Te decimos si al género masculino le resulta provocador y excitante que su pareja le dé besos con mordida
Para los hombres es todo un arte besar a la persona que les gusta. Cuando sus labios rozan los de aquella persona especial, su respiración se vuelva más rápida y agitada e incluso es posible que hagan ruidos involuntarios, como suspiros o gemidos. Otra reacción de que un hombre está experimentando excitación cuando besa, es que inconscientemente mira directamente hacia los labios de la otra persona porque está deseando más de ellos.
Pero ¿qué tan fanáticos son ellos de los besos con mordida? ¿Realmente los disfrutan? La respuesta es sí. A los hombres les excita que su pareja les muerda —sutilmente— los labios durante un apasionado beso por tres cosas en específico.
3 Razones por las que a los hombres les gustan los besos con mordida
- Le das a saber que lo deseas
Debido a que los labios son una de las zonas erógenas del cuerpo, una mordida en estos podría indicar que hay tensión sexual entre las dos personas. Es una forma de hacerle saber lo mucho que lo deseas, pero sin ser directa. Si quieres darle a entender a un hombre que quieres que las cosas suban un poco de tono, podrías comenzar dándole un pequeño y delicado mordisco en los labios.
- Transmites confianza
No es muy común que una persona se atreva a morderte los labios a menos que haya un vínculo previo de complicidad y confianza. Por lo tanto, al morder los labios de un hombre con el que estás saliendo o con el que tienes una relación, haces que se genere una fuerte conexión entre ustedes y que el ambiente se torne más sensual y apasionado.
- Lo consideran parte del juego previo
Una mordida en los labios es un acto muy sexy y para algunas personas representa la preparación para dar el siguiente paso en la intimidad, por lo que tiende a ser un beso muy excitante. Además, los labios cuentan con muchas terminaciones nerviosas que se estimulan al ser mordidas y que le envían al cerebro información sobre el deseo y el placer.
“Si bien no solemos pensar en ellos de esta manera, los labios humanos son la zona erógena más expuesta del cuerpo”, revela Sheril Kirshenbaum, autora de La ciencia del beso.