Las 3 sensaciones que él más disfruta

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Los deseos sensuales masculinos son sorprendentemente complejos, y para ayudarte a entenderlos, reunimos una serie de nuevos modos hot de estimularlo, que elevarán tus habilidades como amante -y su placer- ¡al máximo!

Estos toques lo llevarán al éxtasis total...

El roce en forma de S

A ti te gustan las caricia suaves, pero ellos las prefieren más fuertes. De modo que si quieres que él se sienta tan bien como tú, debes exagerar la nota. “Comienza con una caricia suave, y después desliza tus uñas sobre su piel desnuda para darle un placer más intenso”, explica Ian Kerner, terapeuta sexual y autor de Passionista. “Además, si mueves las uñas siguiendo un patrón circular o de remolino en vez de sólo hacia arriba y hacia abajo, el toque le resultará más impredecible. Las terminaciones nerviosas se tornan más receptivas, porque él no sabe dónde lo tocarás”.

Ya satisfecho el cuero cabelludo, quítale la ropa y pídele que se acueste en la cama. Suavemente pásale las uñas por todo el cuerpo, dibujándole una S en los brazos y el pecho; deslízate por el torso hacia abajo y, al alcanzar sus piernas, acarícialas igual.

Al llegar a ciertos puntos sensibles, como las tetillas y la parte interna de los muslos, desvíate juguetonamente, creando anticipación y manteniéndolo en suspenso.

También puedes hacer más sensual la posición misionera si le pasas las uñas por la espalda y los glúteos, donde la piel es más fuerte y puedes presionar más.

El apretón firme

Quizás creas que su “paquete” necesita ser tratado con mucho cuidado... y es cierto, hasta un punto. Pero los hombres realmente adoran sentir un apretón saludable.

No tienes que esperar a que él te lo muestre. Una buena regla, según Kerner, es manejar su pene como si fuera un globo lleno de agua: lo agarras con firmeza, pero de modo que no se rompa. Desde luego, a él también le gusta esa firmeza durante el coito. Si practicas los ejercicios Kegel, naturalmente él te sentirá más apretada, pero puedes intensificar la presión contrayendo tus músculos pubococcígeos (PC) mientras controlas los movimientos de penetración durante la posición de la mujer arriba.

También puedes crear más fricción y ajuste con esta versión del estilo perrito. Asume la posición, y una vez que él te penetre, bájate y acuéstate sobre tu estómago.

El toque agresivo

Las esposas y las gargantillas de cuero quizás no sean para ti, pero eso no significa que debas temer ser un poco agresiva durante el sexo. “Los estudios revelan que mientras más excitada sexualmente está la persona, más receptiva es al dolor”, observa Kerner. “Cuando empleas un poco de fuerza con tu hombre durante el acto sexual, le das una dosis extra de excitación”.

Claro, no sabes cómo tu chico puede reaccionar, así que empieza poco a poco. Besa todo su cuello y sigue por los hombros, sorprendiéndolo con mordiditas ligeras y juguetonas, lo suficientemente firmes para que él las sienta, pero no tan fuertes que le dejen marcas que sus colegas de trabajo puedan ver. Pondrás su sistema nervioso en estado de alerta con esos sobresaltos de placer.

Si todo marcha bien, da un paso más allá. “Tenía una novia que se ponía agresiva durante el sexo, y me mordía los hombros, me pellizcaba las tetillas, me daba nalgadas y me halaba el pelo”, recuerda Pedro, de 33 años. “Era intenso, excitante; me encantaba y siempre quería más”.